Los melómanos coruñeses tendrán que aprender a pronunciar el nombre del ruso Dima Slobodeniouk, nuevo director musical de la Sinfónica de Galicia. Su debut con la batuta en grandes bandas como la Orchestre de París o la Filarmónica de Holanda lanzó su nombre al estrellato del panorama musical pese a su juventud. La OSG no queda huérfana con la marcha de Víctor Pablo Pérez tras veinte años al frente de la agrupación, ya que Slobodeniouk permanecerá en los escenarios gallegos desde septiembre de este año hasta el 2016, en una apuesta también por potenciar la marca de la Sinfónica más allá de los Pirineos.

-Su primera visita a A Coruña fue el 2 de noviembre como director invitado. ¿Pensaba ya en quedarse en la Orquesta Sinfónica de Galicia?

-Realmente no, cuando vine no era más que otro de los compromisos que tengo. Había oído que la Sinfónica buscaba un nuevo director. Los músicos de la agrupación sonaron muy bien y las cosas me fueron muy fáciles. Parecía que ya habíamos tocado juntos antes. Fue un buen concierto.

-¿Se sintió cómodo?

-Sí, la gente es muy abierta y amable. La atmósfera fue muy buena, algo que a veces no ocurre. A las orquestas suele llevarles dos o tres días para encontrar un lenguaje común, mientras que, en ocasiones, no llega a encontrarse. Me siento realmente afortunado porque es raro que las cosas funcionen tan bien, fue especial.

-¿Conocía la Sinfónica anteriormente?

-Sí, pero nunca había estado aquí hasta ese concierto. Sorprendentemente, es muy conocida entre los músicos. Cuando mencionas la Sinfónica siempre te dicen: 'Ah sí, es muy buena'. Uno de los objetivos en los próximos años sería darla a conocer más por Europa.

-Quizás haya sido ese el motivo por el que le eligieron.

-Puede ser. Las expectativas son muy altas. Creo que este conjunto puede marcar unos estándares elevados. Vamos a trabajar muy duro porque, para mí, esta orquesta merece una atención mucho mayor de la que ya tiente.

-Siendo tan joven y dirigiendo en todo el mundo ¿por qué escogió quedarse tres años en esta orquesta y esta ciudad?

-He estado sin orquesta durante cinco años y empecé a pensar que me daba pena dejar una después de un buen período de trabajo, para después regresar un año después o más tarde. Permanecer en una buena orquesta es muy importante para mí, es una forma diferente de trabajar porque tienes más responsabilidad, pero también más oportunidades. Siento que este sistema es muy interesante y raro, por poder mantener todo esto junto a pesar del problema financiero.

-¿Qué fue lo que le atrajo además de poder estar dirigiendo una orquesta durante un periodo fijo?

-Eso es lo más básico. Antes de nada está la música y la relación con la orquesta. Si no es buena, el resto no funciona. Me siento agradecido teniendo el apoyo de las instituciones, un buen grupo y una naturaleza (del entorno) preciosa.

-A pesar de ser una ciudad pequeña como A Coruña?

-Eso da igual. Nací en Moscú, que es enorme; a los diecisiete años me mudé a una ciudad muy pequeña de Finlandia; y después a Helsinki. No creo que importe el tamaño, sino la fuerza de la gente.

-¿Va a compatibilizar su trabajo como director principal con actuaciones independientes a la Sinfónica?

-Sí, por supuesto. Seguiré trabajando bastante por mi cuenta en otros escenarios.

-¿Seguirá una línea continuista a la labor de Víctor Pablo durante los últimos veinte años?

-Se podría decir que fue él quien construyó la Orquesta. Trabajaré con mi estilo pero el propósito será el mismo: desarrollar la Sinfónica, hacerla más conocida a nivel internacional y colaborar con otras instituciones musicales. Víctor Pablo la dejó en un gran nivel durante su estancia como director.

-Su educación es muy diferente a la que se imparte aquí. ¿Va a introducir nuevos conceptos a los músicos gallegos?

-Mi educación instrumental es básicamente de Moscú, por lo que nunca desaparecerá. Mientras que la nórdica es aprendida, porque llegué allí más mayor, por lo que se podría decir que es mitad y mitad. Voy a introducir la música nórdica poco a poco, pequeños sabores. Por supuesto que creo en viejos clásicos como el Clasicismo vienés, que es muy necesario que se toque y nunca se hace lo suficiente sobre él. También buscaré invitados que puedan venir aquí y traigan algo nuevo en ese sentido, de la misma forma que yo haré el mismo trabajo, combinando música antigua y moderna con algo de Escandinavia.

-No muy conocida por estas latitudes.

-Sí, pero no sé por qué. De la misma forma que tampoco sabemos mucho sobre música española en el norte de Europa, así que podría ser una buena forma de poner estos dos estilos juntos.

-Ha trabajado recientemente con artistas de renombre internacional como Tabea Zimmermann o Dejan Lazic. ¿Estarán también por Galicia?

-Esperemos que sí. De hecho hoy (por ayer) estuvimos preparando las próximas temporadas y pensando en enviar las invitaciones para poder traer a esta gente, porque todo el mundo está muy ocupado y hay que avisarlos con antelación. A veces me llaman para preguntarme si estoy libre para la temporada 2015/2016 y lo cierto es que no suelo estarlo (se ríe). Lo cierto es que si quieres interesar a alguien, has de ser interesante.

-Hoy (por ayer) estuvo con el comité artístico de los músicos, ¿de qué han hablado?

-Hemos hablado de muchas cosas: sobre el repertorio, los ensayos, la acústica, temas internos? Básicamente conocernos y escuchar nuestras ideas. Fue realmente interesante. Hemos repasado un listado sobre qué cosas les gustaría tocar y, para mí, son realmente interesantes la mayoría de las piezas que sugirieron.

-Existe una inversión de las instituciones importantes en la Orquesta Sinfónica de Galicia a pesar de los tiempos de crisis. ¿Se siente bajo presión?

-No me siento muy presionado. La presión en ocasiones nos impide ser creativos, por lo que tengo que trabajar con el material y el dinero que tengo aun siendo tiempos difíciles. De hecho es en estas duras situaciones cuando hay grandes resultados, así lo demostró la historia. Cuando había gente bajo dificultades, se creaba una energía que los impulsaba a ser creativos.

-Entonces viviremos grandes tiempos para la Sinfónica.

-Eso espero (risas).

-Naciendo en Moscú y formándose en los ochenta, obtuvo una gran preparación musical, por lo que encontrará grandes diferencias con la educación que se da aquí.

-La educación que recibí ya no existe. En Rusia crecí en un sistema de enseñanza muy estricto, mientras que en Finlandia era más libre. Quizás esa combinación es la mejor, en uno estás controlado y en otro se incentiva la imaginación. Cuando en Finlandia me dieron la oportunidad de poder elegir no podía entenderlo. Aun no conozco demasiado como es el sistema aquí, y quizás intente traer seminarios de los artistas que vengan invitados.

-Su contrato es hasta el 2016. ¿Estará solo por tres años al mando de la Orquesta Sinfónica?

-Por ahora sí, pero siempre cabe la posibilidad de estar alguno más.