La figura de arquitecto de famosos y la del propio Joaquín Torres se funden en un libro que es una suerte de autobiografía a pesar de que tan solo cuenta con 42 años. Detrás de la puerta ha llegado ya a su tercera edición, y el barcelonés lo celebró firmando libros en A Coruña, la ciudad donde consiguió su título de arquitectura.

-¿Entra el lector en este libro tras la puerta de los famosos?

-Hay alguna anécdota, está claro que la editorial detectó el filón en el mundo de los famosos. Pero hay muchas más cosas sobre Joaquín Torres.

-¿Se imaginaba en esta posición hace casi veinte años, cuando abandonaba la facultad?

-Si dijese que no te mentiría, porque lo que uno no se imagina, no se logra. De una manera muy ingenua, cuando terminé la carrera pensaba que lo tenía todo para llegar muy alto. No era consciente de lo difícil que era conseguir todo esto.

-¿Si se hubiese licenciado en esta época, cree que hubiese tenido la misma trayectoria?

-Seguro que sí, teniendo en cuenta lo osado e ingenuo que era en aquella época? imagino que partiría con las mismas expectativas que tuve en su momento.

-¿Qué le diría a todos esos recién salidos de la universidad que se ven obligados a emigrar?

-Miramos lo de emigrar con una connotación negativa, parece que van a emigrar a picar piedras. Creo que hay que dejar de lamentarse y aprovechar al máximo posible todas las opciones que hay en este momento, que son muchísimas. Pero, por lo que veo, lo que hacemos es quejarnos y no provocar circunstancias para aprovechar las muchas cosas que podemos tomar.

-Ha habido cierta polémica con respecto a las críticas vertidas en el libro sobre Florentino Pérez.

-Florentino no me importa nada. Me imagino que no le habrá gustado lo que escribí, pero yo me he encontrado con sus hijos y no me han comentado gran cosa. A mí él no me considera nada, me ninguneaba absolutamente y dejé de existir en su vida hace muchísimos años. No significo nada para él, pero es algo mutuo.

-¿Puede perjudicarle en su trabajo airear estos temas?

-Nunca he contado nada de la casa de nadie. Yo lo que no he hecho es mentir, lo que hice fue confirmar algunas cosas que han salido. Realmente llega un momento en el que no puedes estar viviendo pensando en cómo puede sentar a los demás lo que tú dices.

-¿Se siente presionado al trabajar para personajes como Amancio Ortega?

-La presión es intentar hacer lo mejor posible, la responsabilidad no es la misma para una persona como Amancio que para otra, pero prefiero no limitarme así porque si no me bloqueo.

-¿Le gusta la etiqueta de ser arquitecto de famosos?

-Pasé por todas las fases: me hacía gracia, luego ridículo, me llegó a enfadar y, finalmente, lo normalicé. Estamos acostumbrados a ponerle etiquetas a todo en un país en el que tendemos a banalizarlo todo. Si se me quiere llamar así, pues no pasa nada; yo lo que hago es arquitectura que para mí es de la buena y puedo hacer lo que yo quiero.

-Está cumpliendo su sueño.

-Estoy en camino de ello, tengo 42 años y me queda mucho por recorrer. He evolucionado para conseguir lo que quiero.