La práctica del micromecenazgo o crowfunding es "la única fórmula para plantearse la aventura de sacar adelante un disco", define Nelson Quinteiro, artista cangués afincado en A Coruña. El suyo es el caso de tantos otros artistas que ven la necesidad de acudir a estas pequeñas donaciones para sobrevivir en la crisis de las discográficas.

"El objetivo es ver hasta dónde puedo decidir el alcance del proyecto", señala Quinteiro, que se ha marcado de plazo hasta el 21 de abril para reunir un mínimo de 1.800 euros para lanzar el Orquesta Gharbo!, su primer álbum en solitario. Por el momento ha recaudado más de la mitad tras casi dos semanas de campaña: "las ayudas por internet van bastante frío, pero es en las actividades presenciales donde más recibimos", confiesa.

El cantante ha paseado su música pop de raíces folk por la biblioteca de Monte Alto o la librería A Lus do Candil en Arteixo, visitando el Ultramarinos de Santiago el próximo 3 de abril. A pesar de estos conciertos, reconoce que las aportaciones suponen "tirar un poco de fans o colaboradores, sobre todo de familia y amigos".

En función de la inversión realizada, Quinteiro propone distintas recompensas como una cena para dos personas con recital íntimo o un concierto público en formato orquesta.

La misma tónica sigue el grupo de rock local Shine, que espera llegar esta semana hasta los 2.800 euros que le permitan completar el proceso de grabación y mezcla en un estudio especializado en mastering. A partir de ahí comenzarían con la fabricación de copias físicas de su segundo álbum, bautizado como Unpure. El single Sasha Gray ha sumado más de mil visitas en YouTube a lo largo de la última semana, alcanzando 114 mecenas a través de la página web verkami.com, especializada en la práctica de crowdfunding.

La popularidad de este método de financiación en el mundo de la cultura crece cada día, aunque el propio Nelson Quinteiro advierte de que es una fórmula con "fecha de caducidad".

Aún así, de esta vía se han servido artistas como Jero Romero, el grupo Catpeople o Björk en "un momento en el que todo parece parado, por lo que esta parece la única opción", arguye Quinteiro.