El ilusionista Kiko Pastur se encargará de hacer real lo imposible con sus juegos de cartas. El teatro Colón recibe el viernes a las 22.00 horas la magia de El Puente Invisible, donde el coruñés introduce la música de Amaia Garrido con el violonchelo, Eloy Mateos al piano y el violín de Andrea Gesteiro.

-¿Sobre qué se construye este Puente Invisible?

-Las cartas son el instrumento con el que se hace la magia, acompañadas por música en vivo de piano violín y violonchelo.

-¿La música en directo recuerda a los orígenes teatrales de la magia?

-Sí, tiene todo ese elemento escénico. El espectáculo tiene un toque antiguo en el cartel, con las estrellas que utilizaba George Méliès. Es un show de magia con naipes como podría ser otro de Juan Tamariz o René Lavand, aunque con la particularidad de que tiene música en directo y un tono bastante onírico. El guión es bastante surrealista, con historias sugerentes.

-¿Cómo se hace un espectáculo de cartas en una sala como el teatro Colón?

-Hay que proyectarlas en una pantalla, las cartas tienen que verse ampliadas para la gente que esté sentada en la platea. Así van siguiendo lo que pasa, pero también hay participación del público que se sube al escenario y lo ve más de cerca. Llevar las cartas al teatro tiene sus ventajas y sus limitaciones.

-¿La magia consiguió volver a instalarse en los escenarios?

-A finales del XIX y principios del XX, el mago llenaba los teatros en cada ciudad con espectáculos muy vistosos. A partir de los cincuenta pasó a convertirse en un espectáculo de variedades, en el que el mago pasaba a ser un artista más. Luego está la magia de cerca, un formato pequeño que se ha hecho muy conocido a pesar de no ser teatral. Ahora se combinan cosas así, como esta propuesta que intenta llevar la magia de cerca a un teatro, con una puesta en escena que le da un nuevo toque.

-¿Por qué el público siempre intenta descubrir qué hay detrás de cada truco?

-El terreno de la magia es el misterio, la potencia de los números de magia está en proponer algo que es imposible pero en la realidad. A diferencia del cine, en donde uno puede volar pero hay efectos especiales, la magia no ocurre en una pantalla sino a escasos centímetros de los espectadores. Es todo tan claro que te hace dudar de la propia realidad. Eso se conecta mucho con los sueños y con un lenguaje más específico y simbólico, que tiene unas peculiaridades específicas de las que carecen otras artes. Lo específico es lo inexplicable, el misterio o lo imposible. Suceden cosas que uno no puede explicar.

-Aunque participó en muchos encuentros entre ciencia y magia que tratan de averiguarlo.

-Los neurocientíficos están muy implicados con el tema de la percepción, utilizando los recursos de la magia para entender cómo funciona el cerebro, la visión y la atención en la magia. Los magos utilizamos muchas herramientas a través de un conocimiento intuitivo de cómo funciona el cerebro, qué cosas se perciben y cuáles no. Los científicos aprovechan eso para tratar de entender qué es lo que pasa.