Más allá que un arte o un espectáculo, el teatro puede ser también una terapia. Al menos esa es la filosofía con la que el colectivo Grumico -acrónimo de Grupo de Personas con Discapacidad de A Coruña- y la Liga Reumatolóxica Galega han impulsado el curso de teatro Integrarte. El objetivo es romper con las etiquetas sociales empleando el teatro como arma para la integración de personas con algún tipo de discapacidad. Pero participando con otras no discapacitadas.

"Hay que demostrar que no son personas con letrero, que son gente normal y corriente". Quien habla es Victoria Teijeiro, actriz y coordinadora de este grupo de trabajo. Además de experiencia en el mundo de la escena, esta terapeuta ocupacional y arteterapeuta, ha acumulado experiencia en los últimos años en trabajos con personas con discapacidad.

Pero ¿por qué teatro? Teijeiro destaca las especiales cualidades de este arte para mejorar la autoestima de colectivos discapacitados. "El trabajo grupal es muy positivo y es bueno para subir la autoestima. Algunos puede ser que se encuentren nerviosos porque están corriendo el riesgo de ser juzgados por el público pero ese esfuerzo va a ser recompensado por el grupo", asegura.

Con todo, anticipa que la experiencia de todas aquellas personas que, sin ser discapacitadas, participen en la obra será "muy positiva". "Van a conocer a gente que ha sabido sobrepasar barreras y que se ha superado a sí misma", recalca.

Las puertas para hacer parte de la obra, que ha comenzado los ensayos el pasado lunes, permanecen todavía abiertas. De hecho, por el momento se desconoce trama y argumento, a la espera de intentar elaborar un guión con la colaboración de todos los participantes. "Espero que haya mucho de creación por su parte, entre otras cosas porque seguro que les interesa más contar algo que nazca de ellos mismos. Yo me limitaré a guiar y coordinar", aclara Teijeiro.