Tras años de viajes, estancias en el extranjero y bolos, los acordes de Paul Álvarez lograron encontrar acomodo junto al de otros artistas en un disco. El guitarrista lanzó en diciembre su primer trabajo en solitario, Podría Ser, un álbum compuesto por ocho temas y autoproducido. "Soy muy tradicional en ese sentido", responde el coruñés ante la posibilidad de utilizar otras vías como el micromecenazgo.

El coruñés residió en Fráncfort durante varios años, para más tarde instalarse en Jerez de la Frontera. Allí fue donde abrazó el flamenco que preside todas las canciones de su disco, salvo un par en el que deja colar sus antiguas influencias para diferir ligeramente de su estilo habitual. "Uno compone las cosas que ha escuchado toda la vida, aunque antes del flamenco estaba más metido en rock clásico y psicodelia", reconoce Álvarez, que admite incluir "reminiscencias de Pink Floyd".

El título del disco nace de la propia sala de grabación, tras ser preguntado una y otra vez por el contenido que resultaría de su guitarra. "Querían saber si el disco era solo de guitarra flamenca o rockero. Yo respondía siempre que 'puede ser", apunta Álvarez, que pese al flamenco advierte que cualquier rockero "quedará contento".

Luego de colaborar con artistas como Antonio Amador o India Martínez, el coruñés juntó su talento al de otros diez músicos para materializar su Podría Ser. El batería de Raimundo Amador, Miguel Lamas; el primer contrabajista de la Sinfónica de Galicia, Risto Vuolanne; Iago Mouriño, Juan Cabe; y, Frisco, acompañan al guitarrista, que cuenta con las voces de Sara Vázquez, Sandra Calderón o la sevillana Inma La Carbonera.

Tuvieron que pasar varios años hasta que Paul Álvarez logró sacar al mercado su música, con un disco que ya está disponible en la Cervecería A Franxa o en tiendas digitales como iTunes y Google Music.