Pasaron más de un año preparando su dulce postre en un sótano de Monte Alto, pero el resultado ya puede disfrutarse en la red. El símil culinario responde al maple apple, un tradicional plato de sobremesa británico que sirve de nombre para una de las nuevas bandas de la escena local. "Queríamos que tuviese mucha pegada y no estuviese registrado", apunta Lucía S. Calvo, la joven que pone voz y letra a Maple Apple, rendida al nombre por su sonoridad y el sabor que desprende su significado.

La cantante unió su talento al del guitarrista José Vizoso, a quien conoce desde el instituto, formando así la primera mitad de la banda. El bajo de Rubén Marín y la batería de Emilio Devesa completaron la formación el año pasado, tras lo que comenzaron a materializar su primer trabajo a base de ensayos y arreglos.

Aunque los orígenes de Maple Apple se remontan a una etapa anterior, en la que José tocaba con grupos coruñeses como Bad Milk mientras que Lucía cantaba en una iglesia con la Coral Polifónica El Eco. En el coro pulió la voz lírica que define su estilo y que la llevó a formar el grupo. "Llevaba un par de años sin cantar y decidí que debía hacer algo porque lo echaba de menos", apunta Lucía.

Después de encontrar un punto común a sus inquietudes musicales, los cuatro autoprodujeron el EP Relief, articulado por diez canciones en inglés compuestas por la coruñesa. "Producir el disco por nosotros mismos es más barato y satisface nuestros gustos", añade la artista, que presume de elaborar un trabajo con total libertad.

"Siempre quiero que suene todo muy correcto para mi oído y con arreglos naturales que pudiesen salir en directo", matiza la cantante, rechazando las posibles sugerencias o requisitos que encontraría en una discográfica. Tras publicar Relief en iTunes y bandcamp, las primeras críticas de sus compañeros y amigos los etiquetan en grupos de rock alternativo como Evanescence, aunque Lucía se muestra modesta señalando que "es, sobre todo, por la voz femenina". Eso sí, admite que con comparaciones así "dan saltos de alegría".

Las influencias del grupo beben de clásicos como Muse o Placebo, herederos en sus estanterías musicales de los Beatles o los Rolling Stones. "A partir de los catorce empiezas a conocer otros grupos, pero de pequeños nos criamos con esos grupos", que la compositora mezcló con lo que son "capaces de hacer" para elaborar el repertorio de su primer trabajo. Inspiraciones británicas, aunque Lucía reconoce que "Inglaterra y Londres" solo los tiene "para visitar de viaje".