-Van llenando los auditorios en los que actúan antes de que la gente conozca el disco que presentan.

-Y nos sorprende que se agoten cuando la gente no sabe qué vamos a tocar. Vamos a hacer una gira hasta la época de festivales para presentar casi todos los temas de La Deriva, aunque también habrá algunas canciones anteriores. Tenemos un set de canciones con cierta armonía para un concierto de dos horas incluyendo temas de todo el repertorio de la banda.

-¿Qué les hace colocar una cronografía de Georges Demeny para la portada del nuevo disco?

-Cuando pensamos en el concepto de La Deriva, vimos que podía encajarse en diversos ámbitos. Nos decidimos por esta portada porque reflejaba muy bien el momento en el que todos vivimos. Nos sentimos muy cómodos en la rutina sin saber qué nos espera, si nos vamos a un lado u otro. Quisimos mostrar ese momento del cambio, el punto de inflexión. La fotografía de Demeny que escogimos, en la que descompone el movimiento creando una estela, enseña ese momento de ruptura con la monotonía.

-¿Por qué dicen que este trabajo es hijo de las circunstancias?

-Es la primera vez que trabajamos en un concepto concreto muy amplio, aunque no se trata de un disco conceptual. Tras terminar la gira anterior, cada uno estábamos muy dispersos y haciendo nuestras propias vidas. Llegó el momento de meternos a hacer un disco, y todas nuestras derivas y rutinas se centraron en un mismo punto.

-Pese a no ser conceptual, hay temas como Las salas de espera en los que parecen acercarse a la denuncia social.

-Como se ve en Golpe Maestro -que es muy directa-, nuestras canciones hablan de sentimientos, no de denuncia. En otros tiempos, las letras trataban de lo que está por venir y la esperanza, pero este disco es mucho más seco y frontal. Habla más de un presente cercano y de lo que se está viviendo. Narra lo que se siente y, evidentemente, está influenciado por el ambiente social que nos rodea, que está bastante crispado. De todas formas, no hay intención de crítica, sino contar cómo vivimos las cosas.

-Las letras dejan de ser tan metafóricas en La Deriva para ser más directas, ¿hay menos margen para la interpretación del oyente?

-Dependiendo de cómo las escuches pueden sonar más claras y frontales, cosa que en otros discos no había. Pero, por ejemplo, el tema Tour de Francia habla de lo que habla, sin ninguna otra intencionalidad, pero siempre hay gente que reflexiona e interpreta otras cosas. Aunque escribas cosas muy literales, sigue habiendo esas ganas de encontrar otro significado. La imaginación empieza a funcionar y lleva a otros lugares, pero en general, las letras son mucho más directas.

-Aunque la complejidad de las letras es una de las bazas de Vetusta Morla.

-Es que la música es así, siempre hubo otros grupos que lo hacen, por lo que no lo veo como una novedad. La diferencia está en el estilo, las letras que componen Juanma y Guille son muy especiales y capaces de lograr eso.

-La percusión y los bajos son protagonistas desde el primer tema, ¿querían dar una mayor sensación de inestabilidad?

-Como queríamos más frontalidad, apostamos por que la raíz de todos los temas fuese la base. Primero decidimos baterías y bajos -todos distorsionados para buscar una mayor sonoridad- todo lo demás se construye a partir de eso, tanto los arreglos de composición como la producción de sonido.

-Tres años entre cada disco y quince años de trayectoria, ¿necesitan ese margen de tiempo para construir las canciones?

-No es que necesitemos ese tiempo, sino que nuestras giras duran mucho tiempo, casi un año y medio. Nos deja muy poco tiempo para descansar y hacer un nuevo disco. Los tiempos son muy apretados. Hace un año, en un concierto celebrado en Colombia, decidimos que el 8 de abril sacaríamos el disco. En la gira de Mapas tuvimos una breve parada en la que pudimos componer cuatro canciones, pero no tenemos mucho más tiempo.

-¿Hay menos urgencias sin exigencias discográficas?

-Solo la nuestra. Los ingresos de los conciertos te permiten estar más o menos tranquilo para cubrir gastos, pero hay que calcular muy bien para ver cuándo sacamos el disco. En Mapas ha sido un poquito así, viendo que se nos acababa la hucha. Eso sí, nunca fue la razón para publicar un disco. En esta ocasión sentimos la necesidad de meternos a grabar tras cuatro meses de lejanía total entre nosotros.