La flauta mágica, Così fan tutti, y Don Giovanni fueron tres de las óperas que, en los 16 años de vida del festival Mozart, más veces consiguieron hacerse un hueco en la programación. El encuentro de música clásica que la ciudad heredó de Madrid en 1998 no tendrá continuidad este año.

Los organizadores -entre ellos el Consorcio para la Promoción de la Música- han renunciado a seguir con el trabajo después de que la crisis les obligase a tener un festival más corto y sin óperas representadas. La fusión y posterior transformación de Caixa Galicia en una entidad bancaria dejó al festival Mozart sin su principal fuente de financiación en 2012, cuando, por primera vez, se realizó la programación solo con capital público.

A pesar de la calidad de los montajes que se pusieron en escena desde la primera edición y de las ideas innovadoras, los estrenos y las ganas de acercar la música clásica a todos los públicos, el Festival Mozart estuvo siempre en la cuerda floja. Su primer director, Antonio Moral -que ya ejercía cuando la cita se celebraba en Madrid-, en 2002, tras anunciar que dejaba el cargo aseguraba a este diario que, "de cara al futuro" habría que abrir la puerta a la posibilidad de fusionar el Mozart con el festival que organiza la Asociación de Amigos de la Ópera, una alternativa que no descarta ahora el consorcio.

El PSOE pide explicaciones al alcalde, Carlos Negreira, por la desaparición de este festival que se había convertido en una cita obligada para muchos de los amantes de la ópera y es que el festival Mozart no solo programaba obras del compositor austríaco.

En 2004, el festival amplió su repertorio desde el Barroco hasta el siglo XIX. Una dirección que se mantuvo al año siguiente y que trajo a la ciudad los diseños de Ágatha Ruiz de la Prada para la ópera Don Giovanni. Para entonces, el festival se extendía de mayo a julio y Caixa Galicia aportaba 1,2 millones de euros. Fue en 2006 cuando el festival hizo otra fuerte apuesta por abrirse a otros públicos programando obras infantiles y también llevando los montajes a los barrios.

En 2007 hubo cambios en la cúpula del consorcio y también en el festival. El italiano Paolo Pinamonti fue nombrado sucesor del hasta entonces director del Mozart, Alberto Zedda. Con estos cambios, se quedaron fuera de la programación espectáculos que ya habían sido anunciados, como Falstaff de Verdi, pero se mantuvieron El rey pastor y La flauta mágica, que volvió a ser representada en 2007. Ainhoa Arteta, la Sinfónica, y los trajes del diseñador Lorenzo Caprile fueron algunos de los protagonistas de esta edición.

En 2008 volvió Così fan tutte y se apostó por la teatralidad con cuatro óperas. En 2009 regresó también Zaide, la obra inacabada de Mozart y, en 2010, Don Giovanni y una versión infantil de La flauta mágica. La estrella del cartel de 2011 fue la compañía del bailarín Ángel Corella, que danzó El lago de los cisnes, de Chaikovski, y volvió a repetir La clemenza di Tito.

En 2012, el festival perdió las óperas representadas, aunque trajo a la ciudad al compositor Michael Nyman con su banda. El año pasado, en la que fue su última edición, el Mozart recuperó la ópera, pero en versión concierto. La cantante Ute Lemper y el director Lorin Maazel -que ya había estado en 2012- fueron el broche del festival.