"Si no fuéramos una cooperativa, quizás no hubiésemos durado todo este tiempo", asegura Rafael Toba. Tras más de quince años relacionado con el mundo audiovisual -durante los que trabajó en Trece Badaladas, Mar Adentro o Para que no me olvides- decidió fundar la Cooperativa de Cine y Documental junto a Javier Lendoiro y Enrique Lage. Cuatro años después de su creación, la Consellería de Traballo e Benestar premia a la empresa con el galardón al Mejor proyecto cooperativo de 2014.

Pese a no llegar del cine, Toba entiende el premio como un "reconocimiento" a los últimos cuatro años, cuando decidieron optar por un modo de producción "más acorde al pensamiento de cada uno". Un modelo existente desde hace tiempo, aunque poco común en el ámbito cinematográfico gallego.

El cineasta lamenta las condiciones a las que se ven sometidos sus compañeros de profesión, obligados a trabar como freelance. "Los trabajadores del cine somos como temporeros", bromea, al tiempo que reconoce que es necesaria una estabilidad: "No se puede estar toda la vida trabajando solo dos o tres meses". El coruñés recuerda que las producciones han pasado de tardar nueve semanas a menos de cuatro, por lo que entiende que la cooperativa permite un sistema "más justo para los trabajadores".

Frente a otros ejemplos en los que los trabajadores decidían fundar sus propias cooperativas tras ver cómo cerraban las empresas donde trabajaban, el caso de Toba se produjo a partir de coincidir en un rodaje y compartir las mismas preocupaciones que sus compañeros. Hoy dice no contar con una cooperativa grande, pero sí con una productora "como cualquier otra".

Los tres socios adquieren una nueva perspectiva al frente de su propia empresa, en la que la prioridad deja de ser lucrativa. "Es una visión distinta, nosotros queremos tener un sueldo", a lo que añade el propósito de guardar dinero para siguientes proyectos propios, otro de los objetivos de la cooperativa. "A veces nos han contratado en películas como Little Galicia o Lobos de Arga para buscar localizaciones, aunque ese es solo un lado de nuestro trabajo", matiza.

En la actualidad se encuentran realizando el documental As alpuxarras, rodando desde hace dos años la historia de la expulsión de los moriscos de esta región granadina. "Es nuestro primer proyecto importante", sonríe Toba, que ya ha grabado tres cortometrajes y varios vídeos industriales con la cooperativa. La idea que se marcan los socios es "desarrollar" su creatividad y colaborar con otras productoras para nuevas iniciativas.

Todo ello bajo la máxima de la asamblea, tomando las decisiones entre todos. Un espíritu que se echa a un lado dentro de la producción, cuando cada uno asume el rol que le toca. "A veces hay que ser director y otras ayudante de producción", sostiene el cineasta.

Los coruñeses recogerán el reconocimiento a sus años de trabajo el próximo sábado en el Ágora, coincidiendo con el Día do Cooperativismo Galego. El premio entregado por el Consello Galego de Cooperativas será compartido con O Canto da Balea, dedicada a la pesca.