Cuarenta años han pasado desde la visita al Museo Picasso de Barcelona en la que el sadense Eduardo Fernández Rivas descubrió la célebre versión de Las Meninas. "Volvía licenciado de la mili en el Sáhara y me quedé deslumbrado. Me dije que algún día haría algo sobre ellas", sonríe. Sin haberlo pretendido, aunque seguramente sugerido por ese subconsciente al que conoce como Daimon Socrático, el pintor creó una colección de 30 obras inspirada en una de las obra maestras del Siglo de Oro español. La Galería Arte Imagen (Ramón y Cajal, 5) vestirá sus paredes con las pinturas de Rivas hasta el próximo 15 de agosto, aunque los cuadros fueron pensados para estar colgadas al otro lado del Atlántico.

Rivas cuenta en su currículo con catorce exposiciones en Estados Unidas, una en Hollywood y las trece restantes en Nueva York. En 2005 mostró su arte en una galería del barrio de Chelsea, en Manhattan, donde hace dos años le propusieron llevar nuevas obras. "Hablando con la directora se me vinieron de repente Las Meninas", apunta, en lo que no fue una inspiración divina porque, reconoce, es ateo. "Fue el Daimon Socrático, me llamó al cerebro y me hizo pensar en el cuadro de Velázquez".

Ese demonio interior que el artista lleva escuchando desde que tan solo era un niño y lo sigue acompañando aún ahora. "Es como otra persona que habita dentro de los seres humanos con mayor o menor evidencia en función de la comunicación que tenga uno con él", describe, aludiendo a las miles de informaciones "que damos al cerebro y éste procesa durante la noche como le conviene". Siempre que le hizo caso le salieron las cosas bien, según recuerda, por lo que ese mismo verano tomó el lienzo y comenzó a llenarlo de color.

"Había días que estaba en cama y sentía como un tamborileo en la cabeza, tenía que tirarme de la cama y ponerme a pintar", añade divertido. Su pasión por el mundo egipcio le hizo interpretar a Velázquez con una figuración cubista plana, recordando la plasmación que aquella civilización hacía de la realidad. En dos meses había finalizado las 30 obras, aunque nunca llegó a presentarlas en Chelsea.

Tras enviar una pequeña muestra a los responsables de la sala, las condiciones impuestas desde allí "no fueron de recibo" a pesar de la satisfacción con la que se habían recibido. "Velázquez, El Greco o Goya venden mucho en Estados Unidos", indica el artista, que aún así prefirió no viajar a Nueva York.

La primera parada de sus Meninas fue el pasado diciembre en Sada, donde el Concello celebró su medio siglo de carrera con una exposición que incluía la nueva colección. Tras conocer hace dos semanas la intención de la Galería Arte Imagen de contar con estas obras, Rivas entendió que no "podía despreciar" la oportunidad.

El autor entiende que una colección "tan coherente" no debería salir de A Coruña. "Me gustaría que permaneciese siempre aquí", sostiene. Un sentimiento que también entiende Misuzu Takemoto, directora de la Caelum Gallery donde iba a exponer Rivas: "la negativa del artista habla de su noble intención de que la obra permanezca, y para siempre, en su Sada natal".