Ya no sabe si es la tercera o la cuarta vez que versiona su espectáculo Mellizos junto a Bertín Osborne. "Vamos metiendo cosas nuevas", avanza Paco Arévalo que, tras subirse ayer al escenario del Colón, repite esta tarde con una doble función de El renovado show de 2 caras duras en crisis, a las 18.00 y a las 20.30 horas.

-¿En qué cambia este espectáculo respecto al año pasado?

-El que ya lo haya visto puede volver, se va a reír igual y pasarlo genial. El leitmotiv es el mismo de siempre. Tenemos momentos muy divertidos, sketches simpáticos y canciones. El formato es el habitual: salimos los dos, me quedo yo solo, luego va Bertín y después estamos juntos hasta el final. Lo novedoso son las cosas que incorporamos, como la canción que hacemos a dúo y la que Bertín dedica a Galicia.

-Y hablando de caraduras.

-Pegas una patada y salen catorce. Denunciamos, en clave de humor, todas estas cosas. Es una sensación de espectáculo suelto sin guión, de tertulia y de paridas. Hay mucho cachondeo para que la gente se divierta. Hicimos muchos esfuerzos para lograr eso, es nuestro denominador común. Hacemos un repaso de todo muy light.

-Los dos ofrecen un monólogo, ¿qué les diferencia de formatos como El club de la comedia

-Nosotros también contamos nuestras historias, pero hay muchos formatos de monólogos. Igual te paras a pensar y se te ocurre hacer uno sobre el servicio militar. Te acuerdas de los oficiales, el miedo que te daban y la gente se ríe de ello.

-Aunque los jóvenes no se sentirán muy identificados con eso.

-La mili, para los de ahora, queda un poco lejos. Pero también el espectáculo les queda un poco lejos, se ve a alguno, pero van a otro tipo de shows. En el público, la mayoría ha hecho la mili. Incluso alguno habrá hecho la guerra.

-¿Suben al escenario sin poner límites a lo que dicen?

-Hombre claro, el humor correcto no existe. No hay nadie correcto en ningún tipo de cosa. ¿Quién da ejemplo en este país? Todos dan el ejemplo malo.

-¿Ser correcto ha fracasado?

-Por supuesto. Yo me considero una persona muy correcta y buena gente. Hay otros que dan la misma sensación y al final son unos chorizos de miedo. No voy a dejar de decir lo políticamente incorrecto. Nadie puede juzgar a nadie. Digo lo que me da la gana.

-¿Diría que algunos comentarios durante su función pueden resultar hirientes para alguien?

-Hay cosas que, por ética y conocimiento, no se meten. Las limitaciones están, pero en el concepto de las personas. A veces me dicen que suelto cosas incorrectas, pero a mí qué me dicen. Si nombro a un político y luego se demuestra que tiene el dinero en paraísos fiscales y ha hecho un fraude de narices, ¿qué pasa? El año pasado hablaba de Pujol (gruñe imitándolo), y al final acabaron cogiéndole a él y a la familia con más de una vaca. No es que yo sea adivino, solo que leo el periódico. Lo abro y digo: 'A ver cuántos chorizos han salido esta semana'.

-¿Abren el periódico sin encontrarse caraduras?

-Tanto los periódicos como los informativos buscan la noticia desagradable, las no buenas. Quieren sensacionalismo. Estamos en una época en la que todo parece El Caso. Alguna mente privilegiada debería hacer un periódico de buenas noticias, que puedas comprarlo y leer todo cosas buenas. Sería fantástico.

-Como caraduras en crisis que son, ¿creen que estemos saliendo de ella como dijo Montoro?

-Eso lo pondría en el periódico de buenas noticias. Está clarísimo que vamos saliendo lentamente. Es un desastre a donde hemos llegado. Si analiza la situación, hay muchos políticos que están pagando con la cárcel, pero no me conformaría con eso. Que devuelvan el dinero. Somos los ciudadanos los que pagamos a esta gente. Llevamos con el espectáculo cuatro años, pero la crisis lleva ocho o nueve años en España afectándonos a todos.