De brindar lágrimas, sonrisas y ovaciones a las tablas de los auditorios a convertirse en los protagonistas que las provocan desde ahí arriba. El grupo de teatro del Ágora ofrece un viaje al mundo de la interpretación a partir de este viernes, cuando el auditorio albergue un casting que seleccionará a los más de treinta actores y actrices que formarán el elenco de Yerma, uno de los dramas más internacionales de Federico García Lorca.

Al cargo de la adaptación estará Víctor Díaz Barús, que dirige la iniciativa por quinto año consecutivo. La formación de artistas, entre los que se combinan intérpretes de poca experiencia con aficionados primerizos, debutó el primer año con El concierto de San Ovidio, de Antonio Buero Vallejo; seguido en las siguientes temporadas por Luces de Bohemia, de Valle Inclán; Lágrimas de Sangre, de Lola González y el propio Díaz Barús; y. Misericordia, de Benito Pérez Galdós. La obra elaborada por el redactor homenajea a Lorca, mostrando las últimas horas de vida del autor granadino y los recuerdos que le vienen a la cabeza.

Barús vuelve a homenajear al poeta y dramaturgo con este clásico universal que todavía sigue siendo actual. "Lorca es lo máximo en el teatro, permite una variación enorme en cada obra", explica el director, fiel a la filosofía del artista en cuanto a la forma de entender las artes escénicas: "el teatro es de todos y para todos, no solo para una élite". El espejo de Barús se encuentra ochenta años atrás en el tiempo, cuando Lorca llevaba su Barraca ambulante a modo de misionero por todo el Estado. "Nos enseñó cómo ver el teatro, era un genio de la dramaturgia", elogia.

A las pruebas de selección del elenco espera recibir entre cincuenta y sesenta personas, que deberán leer un texto de la obra para mostrar sus capacidades. El encargado de la adaptación confiesa que intenta dar cabida a todos, aunque el número de intérpretes se reducirá a treinta. A ellos se sumarán los actores y actrices que triunfaron este verano con el estreno de Misericordia, llenando el auditorio del Ágora los dos días de la función. En enero repetirán ante el público del teatro Colón, por lo que la obra sigue viva aunque el grupo comience a trabajar próximamente en la representación de Yerma.

El director volverá a contar con un elenco heterogéneo, desde jóvenes de veinte años a jubilados que superan los ochenta. "Los hay que, tras una vida dedicada al trabajo, se atreven con el teatro", cuenta ilusionado Barús, que durante los últimos cinco años dirigió a cerca de 200 personas con su grupo de teatro aficionado. Personas que soñaron con convertirse en personajes irrepetibles de la dramaturgia y lograron ver esos deseos cumplidos ante cientos de espectadores. Cada viernes, los intérpretes irán sumando ensayos en sus nuevas carreras artísticas hasta alcanzar el ansiado estreno de mayo o junio de 2015.