El teatro Rosalía de Castro recibe hoy a las 20.30 horas al francés Philippe Jaroussky dentro del ciclo Grandes Cantantes, de la Temporada Lírica. Considerado el mejor contratenor del momento, el artista regresa a la ciudad para presentar su nuevo disco, Pietà.

-Rinde homenaje a Vivaldi, asiduo en sus repertorios. ¿Por qué es especial para usted?

-Al principio de mi carrera canté mucho a Vivaldi y me ha dado mucha suerte. Después me dediqué a otros compositores, pero una parte del público me pidió volver a cantarlo. Está bien descubrirles nuevos horizontes, pero también hay que darles lo que quieren. Para un artista es bueno volver a obras que hemos cantado en el pasado, es una manera ver la evolución y la calidad de la voz. Este es un proyecto especial, porque lo hago con mi propio grupo, el Ensemble Artaserse.

-¿Qué le ofrece su Ensemble?

-Me da la posibilidad de mejorar cada concierto y pequeños detalles con ellos. Para tener momentos mágicos en el escenario, no puedo hacerlo yo, solo podré hacerlo junto a mis músicos. La manera de pensar debe ser compartida con todos.

-¿Al espectador le sigue chocando ver a un hombre cantando en tonos propios de una soprano o una mezzo?

-Sí, aunque creo que la gente está un poco más acostumbrada a este tipo de voces. El 99% de los que vengan al concierto saben a lo que vienen. Hay una gran fascinación con este tipo de voz, mucha curiosidad. Un hombre en el escenario con esta voz hace soñar con la época de los castrati. Hay muchos contratenores diferentes.

-¿Sigue sin gustarle que califiquen su voz como angelical?

-Ya no tanto (se ríe). Un ángel no puede ofrecer la pasión humana que tiene la ópera barroca. He trabajado mucho estos años para exprimir las emociones con mi voz, para que no solo sea bonita. Ya acepto que hay una parte de mi público que tiene una relación física con mi voz, la necesitan. Hay otros que no les gusta para nada, pero muchos me dicen que necesitan escucharme cada día. La voz tiene un poder mágico.

-¿Cómo le afecta el paso del tiempo a un contratenor?

-No sé cuando dejaré de cantar, es difícil tras dedicar toda una vida al canto. Para mí, los diez próximos años serán diferentes a lo que hice hasta ahora. Quiero cantar más Bach, Handel o Debussy y dejar atrás el repertorio castrati. Mi grupo también es un laboratorio para desarrollar un posible futuro como director de orquesta.