En las estanterías de la sala infantil de la Biblioteca Pública González Garcés hay miles de puertas a otros mundos. Por uno de los pasillos es posible sumergirse en las aventuras imaginadas por Louis Stevenson, mientras que a unos metros espera la agencia TIA de los Mortadelo y Filemón de Ibañez. También es posible ir más allá, a la galaxia muy, muy lejana de los Skywalker, Han Solo o el maestro Yoda. A Hugo Lucí le encanta embarcarse en el viaje intergaláctico de Star Wars cada vez que visita el centro. Este estudiante del colegio Alborada junto a su compañero Daniel Lorenzo y el pequeño Gabriel Martínez, del Ramón de la Sagra, fueron galardonados por la biblioteca con el premio de superlectores.

El reconocimiento les acredita como los usuarios que menos infracciones comenten entre los que más libros retiran, devolviéndolos en buen estado y dentro de plazo. Cada uno de ellos ronda los 400 préstamos durante el último año, incluyendo música, películas o portátiles. Además de recibir un paquete de DVD y libros apropiados para sus respectivas edades, los tres niños serán socios de honor durante el próximo año, lo que les permitirá retirar hasta 15 documentos.

A todos les cogió por sorpresa cuando la biblioteca les llamó para notificarles el premio. "Mis compañeros se pusieron contentísimos", recuerda Dani. Este lector de siete años se confiesa amante de los animales mientras sostiene entre sus manos el cuento Que parvos son os camaleóns!, de Pablo Rafael Prestifilippo. Hugo es más ecléctico, capaz de leer un libro de Garfield hasta una recuperación de relatos de terror de Edgar Allan Poe. A sus cuatro años, Gabriel necesita que su madre Nuria le lea las aventuras de Os Bolechas y enseñe lo que representa cada letra. "En el colegio le dicen que las mayúsculas son las que se van de fiesta y las minúsculas son las de cada día", apunta. Por ahora, Gabriel se divierte con los desplegables y páginas táctiles de volúmenes de Disney. Aunque los tres lo hacen siempre sobre papel.

"Prefiero el libro al ebook", subraya Hugo, interesado desde pequeño en la informática pero amante de la magia que desprenden las páginas y la tinta, inseparables compañeros de viaje en sus infancias.