El centro La quinta del arte, que acaba de abrir sus puertas en el número 12 de la calle Cuevas, nace con el ánimo de ofrecer cursos y talleres de diversas disciplinas artísticas a personas con y sin discapacidad. Con una premisa clara: ser un espacio de inclusión en el que los grupos sean mixtos y la participación esté abierta a cualquiera, tenga o una limitación. El proyecto cuenta con el respaldo de la Fundación Sociedad General de Autores (SGAE), la Liga Reumatolóxica Galega y el Grupo de Minusválidos de A Coruña (Grumico).

La actriz coruñesa Victoria Teixeiro, una de las impulsoras del proyecto, lleva años tratando el tema de la discapacidad y ejerciendo de terapeuta a través del arte. Y La quinta del arte quiere tener un papel curativo. Teixeiro explica que, al contrario de lo que se puede suponer, la terapia no estará enfocada a los estudiantes con discapacidad, sino que "el papel terapéutico del arte sirve para todos". La quinta del arte pretende llegar a una "normalización" de la diferencia. El estudio y la práctica del arte sirve para tender lazos y eliminar los "miedos y prejuicios" que algunas personas tienen hacia los discapacitados.

La profesora de teatro Chus Álvarez, cofundadora del proyecto y con 16 años de experiencia docente, corrobora que la normalización pasa por hacer desaparecer barreras. "Yo he trabajado con niños y adultos con Asperger, síndrome de Down, daño cerebral... Pero a veces se acaban creando guetos, o marginando a las personas con diversidad funcional, cuando el arte es universal". El papel terapéutico surge de las ventajas que tiene el arte sobre diversos aspectos, como "memoria, expresión corporal y verbal, trabajo en equipo, capacidad para delegar y confianza en uno mismo".

Otra integrante del proyecto, Ana Vázquez, es logopeda y actriz, además de tener una discapacidad. Explica que, en un escenario, el público "no percibe la discapacidad", aunque esta sea evidente, y apuesta por romper con el "apartheid" que se establece cuando se crean fronteras entre personas con y sin discapacidad. "Hay muchos colectivos que como parte de sus actividades terapéuticas tienen teatro, pero queremos que las personas no tengan limitaciones", señala.

La quinta del arte ofrece formación en danza, pintura y teatro para niños a partir de dos años y mayores sin límite de edad. También hay talleres, estos exclusivamente para adultos, de interpretación para cine y televisión y de voz, que enseñarán a hablar en público. Los fines de semana se destinarán a traer a profesionales de diversas ramas artísticas y hacer talleres con orientación más específica. Las clases corren a cargo de docentes reconocidos y con un sueldo. El centro se financiará con las cuotas mensuales de sus alumnos.