Iliá y María Keilin llegaron a A Coruña en 1992, ya unidos en matrimonio, desde su San Petersburgo natal. Iliá lo hacía tras contactar con la Sinfónica de Galicia. María, pianista, procede de una familia de músicos: su madre fue su "primer y mejor profesora" de piano, y su padre, cantante de ópera. Actualmente él es violonchelista principal en la Banda Municipal, y ella toca el piano en el Conservatorio de Danza. Ya asentados en A Coruña, introdujeron a sus tres hijos en la interpretación, pues, dice Iliá: "Como padres tenemos que educar, y nosotros no tenemos otros títulos ni carreras que la música".

Ahora, con Gregorio, de 15 años, y Senia, de 12, actuando como violonchelistas principales de sus respectivas categorías en la Orquestra de Nenos de la Sinfónica de Galicia, crearon Keilin 4 Ensemble para dar conciertos en familia. Ya lo hicieron en beneficio de la Cocina Económica en noviembre del año pasado, en la iglesia de la Orden Tercera. Hoy tocarán a las 21.00 horas en el teatro Colón para un público más numeroso, en un concierto gratuito organizado por la Diputación de A Coruña. A la entrada se recogerán alimentos no perecederos, que se donarán al banco de alimentos Rías Altas.

Los Keilin interpretarán una combinación de piezas de música clásica (Liszt, Schroeder, Handel o Pachelbel) con temas de Ennio Morricone o el Right Times de Janis Joplin. "Son piezas que nos gustan y que, esperamos, gustarán al público, pues nuestro arte, sin él, no vale nada". Iliá explica también que abordar la música en familia es "muy placentero", tanto por la "libertad" a la hora de interpretar los temas con los que disfrutan como por ser un "óptimo punto final" a la educación de sus hijos. Y eso que, confiesa el matrimonio, "ser padres y profesores es bastante duro".

Para Gregorio, que empezó a tocar el piano a los cinco años y el violonchelo a los siete (hoy usa el instrumento con el que empezó su padre, una pieza de luthier de más de cien años), el paso a la música fue natural, pues "siempre" había estado presente en su casa. Senia tampoco duda en afirmar que su futuro está en la música, aunque sea difícil compaginar exámenes, deberes y tres horas de práctica diaria con el piano y el violonchelo. Eso, cuando no hay que trabajar "más intensamente" por un concierto o un concurso en un futuro próximo.

Iliá explica que Rusia el "planteamiento es completamente distinto", y los músicos jóvenes con talento estudian en centros especiales con un currículo no musical "menos exigente" pero suficiente para tener el bachillerato. Pero en A Coruña y alrededores no hay "centros aparte" y hay que robarle cuatro o cinco horas al domingo para ensayar. ¿Y para preparar las actuaciones en familia? "A veces tocamos por las noches", explican.