Julián Maeso (Toledo, 1976) ha tocado con grupos y músicos como Sunday Drivers, Quique González y M Clan. Hoy está en Mardi Gras a las 22.30 horas con su segundo álbum en solitario, One Way Ticket To Saturn, en un recital con la colaboración de Son Estrella Galicia.

-En este disco trae menos temas que en su debut, y con un tono menos melancólico.

-El primero llevó más tiempo hacerlo y no tenía experiencia con los músicos que me acompañan. Este es más conciso y ya había girado con ellos. Sobre la melancolía, la vida tiene altibajos. Este disco sale en un momento más alegre, ya estoy en en la carretera y trabajando y no de parón.

-¿Cómo llegó a la música?

-Lo primero que toqué fue la batería, con unos ocho años. No tenía instrumento, pero ya estaba dándole a todo lo que encontraba por casa. Luego el piano y la guitarra, de forma autodidacta. Más tarde empecé con el Hammond, sobre los diecinueve. Cada instrumento te ofrece una posibilidad y una dinámica diferente, una forma de expresarte. Es muy enriquecedor.

-¿Con qué grupo de los que colaboró aprendió más?

-Cada grupo, cada ensayo, te enseña algo. Desde cómo comportarte como persona a cómo ser un profesional de la música. En esta etapa... Quizás no tengo tanta prisa como antes. Y, al comenzar un proyecto en solitario, aprendes a ser quien dirige la nave. Todas las decisiones pasan por ti. Te hace madurar y ver los errores que has cometido trabajando para otros.

-Fue autodidacta. ¿No echa de menos la educación formal?

-Claro que sí, a la hora de afrontar un repertorio nuevo. No poder leer las partituras es más incómodo, pero te hace estar espabilado. El problema en España cuando empecé era que, si no te gustaba la música clásica o no tenías una buena comunión con el solfeo, adiós. A mí me echaron, sin darse cuenta de que siendo niño ya amaba la música, escuchaba mil discos, y me sentaba ante el piano e intentaba tocar.