El croata Ivo Pogorelich (Belgrado, 1958), pianista de indudable talento y continuador de la escuela Liszt-Ziloti, es un hombre de extremos. Lo es en sus heterodoxas interpretaciones, a la hora de despertar pasiones en seguidores y detractores, y en su carrera como intérprete, en la que destacó muy joven y que interrumpió varios años. Ya a los veintidós, el jurado del Concurso Internacional de Piano Fryderyk Chopin lo eliminó en la tercera ronda del certamen, y la pianista Martha Argerich, miembro del tribunal, renunció a seguir en el concurso en protesta por la injusticia que había sufrido un "genio". En suma, como dice el crítico musical Julio Andrade, la de Ivo Pogorelich es una figura cuyas actuaciones "no dejan indiferente a nadie".

Este sábado llega como solista al teatro Colón, a las 20.30 horas, para interpretar cuatro piezas de Liszt, Schumann, Strawinsky y Brahms. Un programa que, afirma el intérprete, "era desconocido para mí incluso hace dos años", pero que se decidió a explorar porque "en cada edad uno debe someterse a algunos retos y convertirse de nuevo en estudiante. "Eso es lo que marca el proceso artístico y la profesión y es lo que yo hago", manifiesta.

Este afán por explorar nuevos horizontes marca a un pianista que rechaza considerar que su calidad se deba exclusivamente a un talento innato manifestado a temprana edad. "La única diferencia es que muchos tienen talento pero muy pocos tienen la dedicación y entrega que yo tengo" considera el músico. La dedicación y entrega de toda una vida se ha centrado en la música clásica, pues ya dijo a principios de los 90 que el rock y el pop no le interesaban. Sobre este asunto, señala un cuarto de siglo después que no ha cambiado su "percepción", pero está viendo una serie de TV llamada Empire "llena de música de rap y hip hop y me encanta la fuerza, el ritmo y la energía de la música que viene de la calle de Estados Unidos."

De padre y nacionalidad croatas, madre serbia, estudiante en el conservatorio de Moscú y residente en Suiza, el ánimo cosmopoliva de Pogorelich se siente también "muy influenciado por la cultura española en general". Adquirió nociones básicas de castellano e incluso llegó a escribir poesía en español, aunque afirma que le "encantaría poder pasar más tiempo en España y así poder profundizar el conocimiento de la lengua y otros aspectos de su cultura".