Constantino Martínez-Orts dirige hoy a la Film Symphony Orchestra

-¿Su orquesta nace imitando a otras, de orientación similar, que existen en el mundo anglosajón?

-Nace de una pasión personal por el cine y la música de cine, aunque me inspiré en lo que había visto en Londres y en Los Ángeles. Notaba una falta de cuidado en el tratamiento que se le da por parte de las orquestas clásicas a la música de cine. Es una música de segundo orden, un poquito maltratada? Queríamos que la música de cine fuera la protagonista y se la tratase con el respeto y rigor que merece.

-¿Se la considera la hermana menor de la clásica?

-Hay muchos prejuicios. Faltaba una orquesta como la nuestra, pues las sinfónicas han estado siempre centradas en repertorios más clásicos de música culta.

-¿Y cree que el cine ha dado piezas que pueden tratar de tú a tú a los grandes clásicos?

-Nosotros elegimos la mejor música de cine y tocamos la música de los títulos de crédito o suites como si estuviéramos tocando una sinfonía de Shostakovich o un poema sinfónico de Strauss.

-En el programa que traen a A Coruña hay 17 temas, muy distintos entre sí.

-En efecto, son muy dispares. Intentamos recoger el mayor número de décadas en la historia del cine, el mayor número de compositores y de estilos. Representar el gran abanico de lo que el cine puede ser. Pasamos de E.T. o Parque Jurásico a Leyendas de Pasión o Memorias de África, o a cine más clásico como Doctor Zhivago o Ciudadano Kane. Y apostamos por títulos nuevos para que la gente descubra las joyas que se esconden en el séptimo arte y no caer en el tópico de los clásicos. Como Los Vengadores, Independence Day, La Teoría del Todo o la banda sonora de El Bosque, un filme que pasó desapercibido pero que teníamos que incluir, tiene un violín fantástico.

-¿Realizan un acercamiento al mundo de las series?

-Desde luego. El año pasado incluimos la música de Juego de Tronos? Ahora, las grandes producciones de series no tienen nada que envidiar a las películas en cuando a calidad musical o de producción.

-¿Ha quedado atrás la edad de oro de las bandas sonoras?

-Estamos en una etapa un poco más gris. Quizás el uso de la tecnología está mermando la creatividad de algunos, aunque no de todos: encuentras joyas como La Teoría del Todo o Interestellar. Hay compositores que caen en inspirarse unos de otros y al final todos suenan a lo mismo, pero hay otros que apuestan por la creación comprometida, nuevas sonoridades y apuestas tímbricas y sonoras muy interesantes.

-Son unos 70 músicos.

-En algunas producciones igual somos un centenar. En gira no podemos llevar menos de 70 músicos porque la gran música de Hollywood no se puede interpretar con orquestas menores.

-¿No es difícil mantener a un equipo tan grande?

-Sí, claro. Esto está siendo un poco un milagro. Un proyecto así es muy complicado, con las dificultades de ser una iniciativa privada, sin ningún tipo de ayuda. Lo nuestro es casi más pasional que económico, nos sentimos comprometidos con la música del cine. Pero estamos muy contentos: el público no es tonto y cuando ve un proyecto como el nuestro, comprometido, serio y de calidad, el que viene repite. Está respondiendo muy bien.

-En su programa predominan las producciones de Hollywood. ¿Hay poca música tocada por orquestas en el cine español?

-En las últimas dos décadas han cambiado las tornas y se graba bastante música de cine con orquestas sinfónicas. La desgracia es que, por cuestión presupuestaria, se van casi todas las producciones a países del Este. Además de realizar conciertos y espectáculos de proyección con música en vivo, como uno que hicimos de Regreso al Futuro, estamos implementando una estructura para grabar bandas sonoras.

-¿Y hay buenos compositores para cine en nuestro país?

-Sí que los hay: Alberto Iglesias, Roque Baños, míticos como Pepe Nieto? Y una cantera de jóvenes como Lucas Vidal, Víctor Reyes, Fernando Velázquez, en fin, una cantera importante que está haciendo bastantes buenas bandas sonoras. Espero que, tarde o temprano, las incluyamos en nuestro repertorio.