Cándido Sanjuan es el vocalista y guitarrista del grupo vigués Dreams of Dolly Sheep, que actúa a las 22.30 horas de hoy en la sala Mardi Gras para presentar su último disco, Amok, cariño y saliva.

-En Malasia llaman amok

-Hicimos el juego de cambiar amor por amok, que significa todo lo contrario. Es el juego de palabras de darle la vuelta al significado.

-Una de las canciones del disco es una crítica a Telecinco.

-(Ríe) Es la televisión más vista, y eso me parece un reflejo de nuestra sociedad. La telebasura tiene un gran espacio en nuestro país, y por eso incluimos una pequeña crítica.

-En otra, Bostezo americano

-Sí, criticamos su sistema de justicia. Tienen la estatua de la libertad ahí plantada y son los primeros en apretar el gatillo. Se podría aplicar a nuestra sociedad, tal y como estamos. No se asesina directamente, pero sí se aplasta al trabajador.

-Otro tema, Hashim

-Compuse la letra hace cuatro años, cuando empecé a conocer lo que estaba pasando en Siria, y cuenta la historia de dos hermanos que se cogen de la mano y echan a correr para escapar de allí. Me fastidia un poco porque ahora parece populista, porque se ve más el desastre en la prensa. Desastre que sigue sin que Europa ni Estados Unidos hagan nada, porque, pienso, a ellos mismos les conviene.

-Hay una única canción de amor en el álbum.

-Sí aunque habla de un desamor. Es el tema que cierra el disco. Con el tiempo te das cuenta de lo que tenías al lado, pero hace falta ir por otros caminos entenderlo. Una vez perdida la chica el protagonista del tema se la imagina en otros brazos y se retuerce, se emborracha, pero ya está todo perdido.

-Las letras tiran por la melancolía y por el pesimismo.

-Sí, ciertamente. No somos un grupo para nada alegre. Siempre estamos realizando una crítica y tirando para lo triste, para lo crudo.

-¿La atmósfera de Vigo influye en ello de alguna manera?

-No, para mí Vigo es lo contrario mi composición: es más luz, brillo, pop para decirlo así. No nos influye en este sentido.

-Este es el cuarto disco, y llevan más de una década en activo. ¿Cómo ha sido la evolución?

-Natural, nada buscada. Tras diez, once años, ya se puede decir que ya tenemos un sonido propio, algo difícil de conseguir. Fue apareciendo poco a poco y surgió como algo natural. Al principio teníamos temas mucho más oscuros, más complicados de escuchar, y ahora pasamos a temas que son igualmente crudos pero más directos musicalmente hablando, más potentes.

-¿Su nombre salió de la novela de Bradbury, Sueñan los androides con ovejas eléctricas

-No, aunque lo teníamos en cuenta. Una noche, medio pasados de alcohol, surgió la pregunta: ¿La oveja hermana de Dolly tendría los mismos pensamientos que ella, la misma manera de soñar y pensar?

-¿Se consideran un grupo musical de denuncia?

-No, hay denuncia en nosotros pero no somos un grupo reivindicativo. Criticamos, pero no me considero reivindicativo ni político.

-¿Y cómo se encuadran musicalmente?

-Los grupos siempre dicen que no, pero al final siempre hay algo que te encuadra. A nosotros nos influyó mucho la música de los años 90, el rock alternativo. The Smashing Pumpkins, Nirvana, The Cure, Radiohead. Después de los grandes de los setenta, mis grandes influencias fueron de los noventa.