La fecunda colaboración del Coro de Cámara de A Coruña con la Camerata Brigantina ha dado como resultado un grato y variado concierto que, a pesar de la inclemencia del tiempo, congregó a un público muy numeroso en el auditorio de Afundación. Ello redundó en beneficio de una institución modélica de la ciudad de A Coruña: la Cocina Económica. Su presidente, Alberto Martí dijo unas preliminares palabras de agradecimiento. Se inició el concierto con la nueva versión del Himno Gallego, a cargo de la Camerata Brigantina, que, bajo la batuta de Florian Vlashi, actuó de modo admirable. Se continuó con obras de Sanmartini, Haydn y Bach. En la Sonata para violonchelo del compositor italiano, fue solista, el joven (11 años) Martín Vlashi, cuya excelente actuación hace suponer un gran futuro; lo mismo cabe decir de la pianista, de su misma edad, Dasha Rosinskij, que tocó muy bien un fragmento del Concierto para piano, Hob. XVIII: 4, de Haydn; el violinista, Abraham Smeu, de 14 años, estuvo magnífico en el difícil y precioso Concierto para violín, BWV 1042, de Bach. Los tres jóvenes solistas recibieron grandes aplausos. La soprano, Olga Raíces, prestó su bella voz a unas obras con orquesta: fragmento del Gloria en Re mayor, de Vivaldi; Lascia ch'io pianga, de la ópera, Rinaldo y pasaje de El Mesías, ambas, de Haendel; y Che farò senza Euridice, del Orfeo, de Gluck. En la segunda parte, actuó el Coro coruñés, que dirige el excelente músico, Julián Pérez; bajo su batuta se cantó a capella tres obras del Cancionero de Upsala y un breve florilegio de villancicos españoles: del País Vasco, Andalucía, Cataluña y Castilla. Por más que fuesen muy bellos, se echó de menos una representación de las hermosas panxoliñas de nuestra tierra. Ya con la orquesta, se interpretaron: The first Nowell, tradicional; Adeste fideles, de John Reading; y el conocido Stille Nacht (Noche de paz), de Franz Grüber. El concierto se repitió, con idéntico éxito, al día siguiente en Betanzos en sesión matinal.