El músico Pepe Bao, elegido mejor bajista español por la revista Rolling Stone, es uno de los fundadores del grupo O'Funk'illo y ha tocado en bandas como Obús, Medina Azahara y Barón Rojo, moviéndose entre una gran variedad de estilos. Este jueves actuará a las 22.30 horas en el club Garufa con el batería Miguel Lamas y el pianista Jorge Vera, presentando temas propios.

-¿Veremos temas de su segundo disco en solitario, Ande Bass

-Aún no está acabado, pero adelantemos uno o dos temas. Tocaré sobre todo el primer disco en solitario, Navegando por un mar de olivos, en el que mezclo jazz, rock y funk, todo un poco aflamencado. También haré versiones. De jazz, de rock, todo tuneado (ríe).

-Usted ganó un festival de flamenco, el de las Minas de la Unión. ¿Cómo llegó a este estilo?

-Yo soy de Ferrol, pero me he criado en Málaga, y siempre me gustó coquetear con el flamenco. A lo del festival me animó Santi Campillo, de M-Clan, pues siempre que voy a su casa toco flamenco.

-El bajo no es un instrumento muy protagonista.

-Ser bajista era siempre ser el segundón. En España no había bajistas actuando como solistas, lo único Carles Benavent, y Tony Urbano. He tocado con muchos artistas, pero casi ninguno te deja hacer nada. El cantante siempre ha sido el frontman y el guitarrista el hero. Y los baterías y teclistas, nada.

-En recital actúan bajo, piano y batería. ¿Qué tal combinan?

-Bien, bien, bien. Yo veces voy con un guitarrista, un saxo, a veces voy a dúo? Me gusta variar.

-¿En el concierto habrá algún tema de O'Funk'illo?

-Bueno, puede ser. Soy muy anárquico en los conciertos. Le pregunto al público si alguien sabe algún tema de O'Funk'illo y quiere venir al escenario a cantarlo. Siempre sube alguien.

-¿Habrá una jam session

-Siempre. En un concierto tiene que haber jam. Bueno, jam bien organizado. Hay que pasárselo bien con el instrumento. Y, si haces flamenco, tiene que haber duende.

-¿Cómo empezó con el bajo?

-De casualidad, porque tocaba percusión, y un poquito la guitarra. Cuando aprobé octavo de EGB mi tío me regaló un bajo, y me fui de gira con la banda de mi hermano, un grupo de rock urbano. Se iba a hacer una gira con un partido político, porque antes los partidos hacían conciertos, ahora llevan a famosos. Y de ahí hasta ahora.

-¿Fue autodidacta?

-Totalmente. Aprendí observando, sacando cosas del tocadiscos, tocando con gente que te introducía en la salsa o en el blues.

-¿Con qué estilo se queda?

-Me gusta todo. Siempre estoy en mil proyectos. Te puedo tocar un tema de Iron Maiden o una muiñeira con bulería. No soy purista de ningún estilo, me gusta todo menos esos karaokes que salen aquí en España por la tele (ríe).

-¿Por qué?

-Lo que hacen las compañías discográficas en España es fichar a gente que no son músicos, ni artistas, ni nada. Un actor, un torero, lo los hijos del torero deciden cantar y les hacen karaokes. Y muchos grupos nos lo estamos currando, para luego ver a especímenes así en la tele. Dices: "Eso qué es". Luego sacan un disco con 20 millones de copias y dices: "Cómo está España". Y es una pena, con el talento de músicos que hay en este país.

-¿Hay suficiente público?

-Claro que sí. Pero en España las discográficas no están apostando por los buenísimos grupos nuevos que están saliendo en todos los estilos: de jazz, de heavy, o de rock? Y es una pena. Apuestan por estos personajes de la tele o por viejas glorias. Y en la tele y en los festivales siempre están los mismos. Luego también cierran las salas de conciertos. La prohibición del tabaco hizo mucho daño, y perjudican hasta los controles de la policía. No sé cómo va a acabar esto.