Carlos Gárate fue miembro fundador del grupo Coyote Express, desaparecido en 2013 y que revive este viernes como Coyote Uprising con un recital en Mardi Gras, a las 22.00 horas. Tocarán con la formación Calma Chica.
-¿Cómo fue el nacimiento de Coyote Express?
-Fue en A Coruña, en 1995, cuando nos juntamos una cuadrilla a los que nos gustaba el rock and roll clásico. Estuvimos 18 años en activo y tocamos en casi todos los garitos de Galicia, así como en festivales como el Rock in Cambre o el 13 muertes de Ferrol. Al principio hacíamos solo temas propios, pero después pasamos a hacer casi exclusivamente versiones de rock y blues. Nos disolvimos en 2013, y ahora que hemos vuelto hemos decidido volver a hacer temas propios.
-¿Cómo será el repertorio del concierto del viernes?
-Un 70% serán temas propios. No tenemos un repertorio completo, pero queremos salir para no dormirnos (ríe) y ponernos a prueba.
-¿Qué tipo de temas están componiendo actualmente?
-Hacemos rock con un alma de blues y muchas licencias: british pop, hard rock, tintes de grunge? No estamos constreñidos a una idea preconcebida. No somos una jam band, pero tenemos mucha libertad. Al bajista le gusta el rock argentino, al batería le encanta Nueva Orleans, el cantante viene del metal.
-¿Cuál es la formación actual?
-A la batería tenemos a Pablo Moreno, que lleva cinco o seis años con nosotros. Al bajo a Juan Aparicio, y en la voz a Sergio Varela, que se estrenan este viernes. A las guitarras, mi hermano Juan y yo.
-¿Por qué quieren dejar las versiones en esta etapa?
-Ahora hay una avalancha de grupos de versiones, y queremos aportar algo al panorama musical. Será mejor o peor, pero que sea propio y diferente. Como músico creo que la música es expresión, queremos trascender del mero entretenimiento. Y nos aburre soberanamente repetirnos. Nuestros conciertos son siempre distintos.
-¿En qué sentido?
-En la interpretación. Si un músico viene más eléctrico o más tranquilo, que haga los solos con una intensidad distinta. Eso le da personalidad a la banda. No ensayamos los arreglos al dedillo, y cualquiera de nosotros se puede salir del patrón. A veces el resto de los músicos me odian (ríe) porque empiezo un tema con un riff diferente al habitual, pero luego me siguen.
-¿Qué tipo de historias cuentan en sus canciones?
-No hay un patrón. En uno de los temas nuevos criticamos el sistema político actual, cómo nos van quitando las libertades sin darnos cuenta. No hacemos habitualmente historias de amor.
-¿Las letras van más por el tema social que el personal?
-En principio, sí, pero ambas cosas están unidas.
-¿Van a sacar un disco?
-En el futuro sacaremos un EP con cuatro o cinco temas. También tocaremos fuera de Galicia.