Antonio Albella interpreta al doctor Armstrong en la obra teatral de Agatha Christie 10 Negritos, en la que diez personajes de oscuro pasado se encuentran aislados en una mansión intentando averiguar quién es el asesino que los va matando uno a uno. La función se estrena en el teatro Colón este viernes a las 21.00 horas, y habrá nuevos pases el sábado y el domingo.

-¿Qué nuevos matices ha introducido en el personaje?

-Tiene un trastorno obsesivo compulsito con el tema de la limpieza, que Christie no describe. No le gusta que le toquen, no le da la mano a nadie, no toca los muebles, y todo lo que toca lo limpia con un pañuelo. El pañuelo ya es una nota característica del personaje.

-¿Cuáles son las claves para interpretar a Armstrong?

-Es un personaje fascinante, atormentado, y quizás el más débil de los diez. No encuentra apoyo en ninguno de los otros visitantes de la casa, y el público lo adopta, pues el público siempre está a favor del personaje débil. Atrapa al espectador desde el primer momento.

-¿Cuál es el atractivo de interpretar a un personaje débil?

-Los personajes radicales son los más atractivos, los más gustosos para el actor.

-¿Se encuentran con muchos espectadores que van a ver la obra conociendo el final?

-Efectivamente. Hay muchos fans de Christie, que se saben sus novelas de arriba abajo y vienen casi con lupa a examinar la función. Es un placer cuando nos comentan están satisfechísimos porque el montaje que hacemos es el clásico con el guión de Christie. 10 Negritos es la única de sus novelas que adaptó ella misma al teatro.

-De la obra ha habido 24 adaptaciones al cine y televisión. ¿Es difícil aportar algo nuevo?

-Hay funciones que hay que hacerlas como están escritas, y creo que nuestro éxito radica en que respetamos el texto original. Es un clásico del siglo XX y está muy bien que las nuevas generaciones vean cómo están escritas de verdad. Nos viene a ver mucha gente joven, niños de siete u ocho años. Decimos a las nuevas generaciones de internet y videojuegos que había personas que con una pluma y un papel escribían cosas geniales.

-¿Cree que Christie es una autora de mero entretenimiento?

-Lo rebato. Muestra muy bien la psicología de los personajes. Yo creo que Agatha Christie es una genia, genia con a, que me gusta decirlo así. Va más allá del entretenimiento y crea unos personajes absolutamente torturados, con grandes pasados en los que investiga.

-¿Cree que es cruel con sus propios personajes?

-Sí, claro que sí. Ella era una mujer muy inteligente y, sobre todo, muy adelantada a su época. Y con un humor extraordinario. En la obra hay gags que desengrasan mucho la acción de un asesinato tras otro.

-En los tiempos que corren, ¿es difícil mantener una obra con diez actores?

-Efectivamente. No es habitual verlo fuera de los Teatros Nacionales, en una función privada, pero estamos llenando los teatros. Es muy valorable que un productor haya tenido las narices de apostar por esto. Y, además, tenemos un vestuario riquísimo. Cada uno nos cambiamos tres veces de ropa, y el decorado recrea una la casa con medidas reales.

-¿Cómo es la ambientación?

-Llevamos la acción desde los años 40 a los 50 o 60, pues, en vez de una grabación sonora al principio de la obra, tenemos una proyección audiovisual. Los trajes recuerdan a la serie Mad Men.

-Usted estuvo en Locomía. ¿A qué achaca que no haya sido posible resucitar el grupo, como se intentó varias veces?

-Hay cosas que no se pueden volver a repetir. El éxito tuvo mucho que ver con el ambiente cultural y las circunstancias sociales de esos años 80 y 90. Es muy difícil que vuelta a tener la repercusión que tuvo. Hay cosas que hay que dejar en la historia. Locomía fue uno de los grupos más importantes del pop español. Creo que hay que dejarlo como estuvo y ya está.