Gabino Diego forma parte de la tríada de actores que protagonizan la obra Nuestras Mujeres, una tragicomedia escrita por el dramaturgo francés Éric Assous y adaptada por Gabriel Olivares. Al intérprete lo acompañarán en la escena del teatro Colón Antonio Hortelano y Antonio Garrido, en una función que tendrá lugar este viernes, 29 de abril, a las 20.30 horas.

-En la acción de esta obra se plantea una cuestión: '¿Qué supone ser un hombre hoy en día?'. ¿Cómo la respondería?

-Muchos hombres hoy en día están un poco perdidos, porque las mujeres se han incorporado a puestos que antes no ocupaban y haciéndolo muy bien, emancipándose y exigiendo cosas que antes no les exigían.

-Las mujeres son el hilo conductor de la obra pero no están presentes físicamente. ¿Cómo se consigue mantener su protagonismo durante toda la pieza?

-Las mujeres están presentes a través de las reacciones que tienen los hombres con respecto a cosas que les han pasado con ellas, ya sea con la mujer de uno, o con la hija de otro. Ellas son las que, de alguna manera, mueven los hilos de estos tres hombres, que en ocasiones muestran sus sentimientos y se quitan la careta que han tenido entre ellos durante treinta años.

-La obra arranca haciendo referencia a la violencia machista pero no está exenta de toques cómicos, ¿cómo se consigue plantear un tema tan duro desde un prisma humorístico?

-La obra es una tragedia cómica o una comedia dramática. La función tiene muchos ingredientes: comedia, tragedia, clown, ternura, thriller? El arranque es ese, pero el resto de la obra no gira en torno a la violencia de género, el personaje dice que ha matado a su mujer, y estamos discutiendo si debemos ayudarle o no nada más empezar.

-¿El toque cómico hace que el público logre empatizar con los personajes?

-El toque cómico lo dan las situaciones, los personajes tienen que actuar de una manera real, sufren, y lo que percibe la gente es la comedia sobre la situación que ellos viven, por lo asustados que están los personajes. Ese sufrimiento de los protagonistas es lo que hace que la obra sea interesante.

-Se dio a conocer por filmes como Amanece, que no es poco o ¡Ay, Carmela! ¿Se siente ahora más a gusto en teatro?

-Me siento a gusto trabajando buenos personajes. En esta función tengo uno maravilloso, y además está muy bien dirigida, y los actores con los que trabajo son estupendos. En Nuestras Mujeres se pasa muy rápido del drama a la comedia, y hay que estar muy sincronizados, y creo que lo estamos.

-Pudo mantener durante diez años Una noche con Gabino, incluso en plena crisis económica.

-Era una obra que yo quería hacer desde hace tiempo, viajé por toda España en un momento en que no había tantos espectáculos unipersonales. Ahora esto ha cambiado, hay muchísimo monólogo. La clave estuvo en que el espectáculo era bueno.

-¿Se ha planteado dirigir a otros actores?

-Por ahora no, cuando dirija será porque tengo muchas ganas de contar una historia, si no te nace, creo que es mejor no hacerlo. Prefiero estar a las órdenes y aprender, pero algún día ya lo haré

-Además de la actuación, otras de sus grandes pasiones son la fotografía y la música.

-Sí, he coleccionado durante un tiempo fotografías, y se han llegado a hacer exposiciones de mi colección y, lo mismo he hecho con la música, coleccionando discos. Creo que no podría vivir sin la música, la he escuchado toda mi vida, y la he utilizado en el espectáculo Una noche con Gabino, en el que cantaba cinco canciones como parte de la función.

-¿Sus próximos proyectos?

-Con el espectáculo Nuestras Mujeres estaremos hasta noviembre y, más adelante, llevaré a cabo la obra El Intercambio, una comedia disparatada surrealista con ciertas similitudes con la película El Show de Truman.