Artífice de melodías y letras que se han convertido en himnos de varias generaciones y fiel compañero de lances musicales de Joaquín Sabina desde hace más de tres décadas, Pancho Varona regresa a la ciudad que en ocasiones ha definido como su "segunda casa". El músico dio vida hace diez años, junto a Antonio García de Diego, a la Noche Sabinera, un espectáculo que fusiona los acordes y voces en directo de los flancos musicales de Sabina con el homenaje, micrófono y letra sabinera mediante, de los seguidores del cantautor y poeta de Úbeda. El espectáculo llega hoy al Playa Club a las 22.30 horas.

-Con motivo de la celebración del décimo aniversario de la Noche Sabinera, ¿han hecho algún cambio en el espectáculo?

-Ha entrado Mara Barros con nosotros, que también está en la banda de Sabina y le aporta muchísimo al espectáculo nuevo, porque canta maravillosamente bien y es muy divertida. Hemos mejorado mucho Antonio de Diego y yo con la inclusión de Mara en las actuaciones, con ella es todo mucho más brillante y bonito.

-En estos conciertos el público elige una canción para cantarla con su acompañamiento musical. ¿Cuál es el tema que se suele repetir más?

-Hay uno que la gente elige más que ningún otro, que es Por el bulevar de los sueños rotos. Lo piden con mucha insistencia, y es un tema bastante conocido, pero no el más conocido de Joaquín, es curioso.

-A los escenarios de la Noche Sabinera han subido varios personajes conocidos a lo largo de estos diez años.

-A veces nos visita algún amigo; en México han venido los Estopa a cantar con nosotros, en Madrid Leiva, de Pereza, y actores como Julián López o Fernando Tejero. Siempre que hay algún amigo que se ofrece nosotros estamos encantados, le cedemos un rato nuestro escenario y canta con nosotros.

-De los que no son músicos, ¿les ha sorprendido alguno?

-La verdad es que hay muchos que lo hacen muy bien, por ejemplo Ángel Marín o Julián López. Curiosamente, vienen más actores, cómicos y periodistas que músicos, pero músicos también vienen. Tenemos suerte, porque la música de Sabina traspasa fronteras y hay mucha gente dispuesta a hacerle un homenaje cantando sus canciones.

-Con la Noche Sabinera han girado también por varios países de Latinoamérica. ¿Hay más sabineros allí o en España?

-Por poner un ejemplo, Argentina es un país muy sabinero, hay mucha pasión no solo por la música y por Sabina, sino también por la vida. En España también hay mucho público sabinero, y cada fin de semana tenemos dos o tres conciertos. En general, hay mucha aceptación de las canciones de Joaquín en todo el mundo.

-Imagine que puede participar como público en una iniciativa similar a la Noche Sabinera pero con los músicos y autores de una banda o artista que le guste.

-Me gustaría participar, por ejemplo, en un tributo a Serrat cantando una canción de él, o de Vetusta Morla, o de Love of Lesbian. Tengo muchos amigos y soy admirador de muchos tipos de música hecha aquí, en España.

-¿Antonio García de Diego y usted son capaces de vislumbrar fácilmente las melodías dentro de las letras de Sabina?

-A veces sí que sucede, Joaquín nos da una letra y, de repente, tenemos clarísimo que la canción tiene que ir por un sitio u otro y, en ocasiones, él nos da una pista sugiriéndonos que añadamos un toque más flamenco o más mexicano, por ejemplo. Pero nosotros solemos trabajar con la letra de Joaquín hecha o bastante hecha.

-En ese trabajo, ¿pesa más la experiencia o la inspiración?

-La experiencia es muy importante porque, cuando no llega la inspiración, siempre puedes tirar de oficio. La inspiración es la gran deseada en todas las canciones. Joaquín siempre dice que las canciones buenas tienen una buena letra, una buena música y algo más que nadie sabe lo que es, pero que es lo más importante, y seguramente ese algo sea la inspiración.

-Iba para funcionario cuando Sabina se cruzó en su camino. ¿Le dio vértigo embarcarse en una aventura musical?

-Muchísimo. A mí y, sobre todo, a mi madre, que me decía que estaba loco. Lo vi como una oportunidad única en la vida. Me atreví a coger ese tren, y me ha ido bastante bien, pero me dio muchísimo vértigo porque, aunque es verdad que es una aventura maravillosa, también es cierto que tienes cero seguridad en todo, y podía haber salido fatal.

-¿Cree que iniciativas en vivo como la Noche Sabinera son el futuro de la música cuando el soporte físico ha perdido adeptos en pro del formato digital?

-No es el futuro pero es una buena idea. Hay un chico que suele cantar canciones de Sabina en la calle Preciados de Madrid y yo siempre que paso le echo algo y le agradezco que mantenga vivo el repertorio de Joaquín. Toda la gente que hace tributos, no digo que sean el futuro de la industria musical, pero sin darse cuenta mantienen vivo un repertorio y creo que eso es algo muy de agradecer. Posiblemente, cada vez haya una tendencia mayor a que haya grupos de tributo a cantantes o a bandas importantes.