El escritor argentino Eduardo Sacheri ha resultado vencedor del XIX Premio Alfaguara de Novela por su libro La noche de la Usina, una obra centrada en la lucha de sus protagonistas contra la crisis el corralito argentino. El autor de La pregunta de sus ojos, novela que inspiró la oscarizada película El secreto de sus ojos, participará esta tarde a partir de las 18.00 horas en una nueva sesión del ciclo La creación literaria y sus autores, celebrado en el salón de actos de la UNED

-¿Qué fue lo que le llevó a recuperar la época del corralito argentino en esta novela?

-En lo personal, los sucesos de mi país terminan a veces colándose en mi literatura, pero con cierto sedimento de años. De hecho, esos sucesos de 2001 y 2002, más de diez años después entraron en mi ficción, como si necesitara una distancia temporal para incorporarlos. Pero, como mi país es el mismo, los sucesos de ese pasado condicionan también nuestro presente y, el hecho de pensar en aquellos hechos, es siempre también un modo de seguir pensando en el presente y el futuro de mi sociedad.

-Aunque se habla de la crisis y el corralito, la historia no la protagonizan políticos, sino gente común. ¿Qué le lleva a decantarse por estos personajes?

-En general, hago eso en mis libros. Si bien me gusta que el telón de fondo de las historias sea el contexto histórico o la gran política, mis protagonistas suelen ser personas comunes y corrientes, porque son los personajes con los que más cómodo me siento.

-Ha afirmado que estos personajes llevan a cabo una "revancha" contra los poderosos más que una "venganza".

-No sé si etimológicamente está muy justificada la distinción que establezco entre revancha y venganza, pero tiendo a pensar que la venganza está centrada en causar dolor, en castigar a quien te ha ofendido a ti primero, mientras que la revancha es una actitud reparatoria para uno mismo. Estos hombres lo que hacen es asirse de un proyecto para sacar la cabeza del agua y volver a estar mínimamente a flote.

-¿Esta revancha literaria partió de una motivación personal?

-Seguramente, pero no una situación puntual como la de mis protagonistas. Padecí la crisis de 2001 como cualquier otro argentino. Mis personajes, en La noche de la Usina, además de padecer la crisis, son estafados por un banquero y un comerciante inescrupulosos. En ese sentido, ellos tienen un daño especial. Mi experiencia personal fue la de cualquier compatriota que vio cerrarse, en mucho, sus posibilidades en esa etapa tan dura.

-¿La novela surgió de forma espontánea o requirió de una investigación previa?

-El impulso inicial, en mi caso, siempre es intuitivo, exploratorio, y tiene más que ver con lo emocional que con lo racional. Ahora bien, puesto a proyectar un libro, uno hace un estudio un poco más profundo. En esta novela, que es policíaca, y está ambientada en un pueblo pequeño de mi país muy distante de la ciudad, tiene una cuestión vinculada con sistemas de seguridad, elementos técnicos que me requirieron hacer una pequeña investigación para que el lector no se distrajera si detectaba algún error.

-Sus cuentos fueron difundidos por la radio, y su primera novela, adaptada al cine, dos importantes espaldarazos para cualquier autor.

-La difusión radial de mis cuentos me permitió empezar a publicar mis primeros libros y que se vendieran, que se instalaran en el mercado y que mi nombre empezara a ser conocido por el público. Y El secreto de sus ojos, además del éxito de audiencia que consiguió, por el hecho de haber ganado el Óscar a Mejor Película Extranjera en 2010, representó una enorme ventana de visibilidad para mi obra en todo el mundo, lo cual permitió que mis libros viajaran fuera de Argentina, tanto en español como en traducciones en otros idiomas.

-¿Qué debe tener una adaptación cinematográfica de una novela para atraerle?

-Sobre todo, responder a la decencia de mis personajes. Creo que estoy dispuesto a tolerar modificaciones fácticas en la trama pero, al final del filme, yo quiero sentir que esas personas que he visto reaccionando en cámara responden a esa esencia personal de quienes yo traté de construir en mis libros.

-Comenzó guionizando su novela La pregunta de sus ojos, y siguió escribiendo para el cine. ¿Piensa dedicar más tiempo a esta faceta en el futuro?

-Mi plan es mantenerlo como hasta ahora, que el foco de mi trabajo siga puesto en los libros, por eso fue tan importante para mí escribir La noche de la Usina y que llevara el premio Alfaguara. Yo siento que ese es mi mundo, sin embargo, la puerta del cine me interesa mantenerla abierta.