El artista madrileño Javier Salvadores trasforma la realidad y lo cotidiano a través de la madera en su última colección, Wood Bar, expuesta en la tienda Pao de Toxo (plaza de Lugo, 23) hasta el próximo 15 de julio de martes a sábado en horario de mañana y tarde. El escultor ha modelado un material tan rudo como el olivo hasta dar lugar a una serie de piezas que recrean los objetos más comunes que se pueden encontrar en la mayor parte de bares.

El origen de esta muestra se sitúa en una exhibición que Salvadores llevó a cabo en Canarias. En ella, varios artistas tuvieron la idea de crear un bar, de forma que cada uno de ellos fue "realizando piezas con las que se montó una exposición". A partir de ese momento, Salvadores siguió desarrollando su parte, compuesta por objetos como "tapas, cañas, o cajas de botellas de vino", hasta dar lugar a Wood Bar.

Salvadores afirma que su pasión por la escultura se remonta a su infancia, momento en el que realizaba "figuras con plastilina o alambre". Tras un periodo formativo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, el artista emprendió un camino en solitario hasta que se topó con el escultor Manolo Valdés, con el que pasó "seis años en el taller de madera que tiene en Madrid", un lugar en el que Salvadores se familiarizó con las ramas del olivo. Desde entonces, en estos últimos cinco años, el escultor lleva trabajando de manera independiente en el desarrollo de una obra propia que respira el poso que Valdés dejó en él.

Para el artista, lo más atractivo de la madera de olivo es la heterogeneidad que presenta el material. En sus piezas, Salvadores une trozos creando grietas y agujeros que contrastan con la simetría que caracteriza su forma de trabajar: "Algo tan sencillo como puede ser una botella, la haces en olivo y puedes llegar a verla deformada", apunta el artista.

El proceso de producción de las piezas comienza con una selección de los olivos, que posteriormente se convierten en "tablones de diferentes secciones en un aserradero". Tras su desinfección, Salvadores elige entre ellos y va "montando las diferentes maderas en cubos, construyéndolas a base de prismas y modelándolas con una motosierra". El desarrollo de las figuras, como explica su autor, "es muy laborioso, porque se tarda primero en hacer la composición de todos los trozos de madera y, después, en modelarla".

De entre sus colecciones, Salvadores destaca "la de las geishas", un conjunto de piezas en las que estas figuras de la cultura japonesa son representadas como musas de diferentes disciplinas artísticas, "desde la literatura hasta la música", ámbitos que acompañan al escultor en su trabajo.

A pesar de lo trabajoso de su especialidad, Salvadores ha conseguido vivir de la disciplina escultórica gracias a su flexibilidad. Y es que, lejos de centrar sus creaciones en una única materia prima o modelo, el artista trabaja "el bronce , la plata o cualquier otro material", una capacidad de adaptación que también se aplica a sus figuras: "Dentro de la madera, hay gente que me solicita que haga figuras concretas de su gusto, como fue el caso de un cliente que me pidió un búho real", explica.

Los clientes de Salvadores adquieren sus productos a través "de Internet, de amistades y de exposiciones" que realiza en diferentes lugares: "Cuando expongo en Canarias, por ejemplo, vendo mucho a clientes de Alemania, Canadá, Inglaterra...". Por su mente ha pasado la idea de establecer una tienda física "o una academia" en la que impartir clases, un proyecto que hasta el momento no ha llevado a cabo "por falta de tiempo".

En este momento, Salvadores, que se define como "un enamorado del mar", planea completar una nueva colección de caracolas: "Normalmente, pensamos en el mar como algo lúdico y yo, lo que he hecho con las caracolas, ha sido cortarlas en trozos geométricos que simbolizan los diferentes usos negativos que hacemos de él".

Las piezas que componen la exposición Wood Bar disponible en Pao de Toxo, pueden ser adquiridas por separado a partir de los treinta euros. De esta manera, cada visitante podrá componer su propio bodegón escultórico a su gusto.