Bajo una mirada que ve más allá de lo evidente, el periodista Juan Tallón cuenta con sentido del humor todo tipo de anécdotas de su vida, marcada por la literatura, el cine y personajes insólitos. ¿Su secreto? Mostrar una visión lúcida de la realidad desde la barra de los bares, en los que se siente como en casa. Presentará su libro Mientras haya bares, esta tarde, a las 20.00 horas, en la librería Cascanueces.

-¿Cómo le gustaría que la gente leyese su libro?

-Hay demasiadas formas de leer mi libro. Con cierto despego hacia el autor, que es alguien que no se toma en serio a sí mismo. Mientras haya bares es un libro sobre esa realidad que nos encontramos a diario y caemos en el abismo que es el mundo. Falta seriedad, así que es posible que las personas que lo lean acaben riéndose con el autor o del autor.

-¿Es en los bares donde más cómodo se encuentra escribiendo?

-No necesariamente, pero los bares tienen una peculiaridad especial, y es que, después del trabajo y de casa, es donde más tiempo pasamos. Forman parte de mi hábitat y del de todos. Nos encontramos bien en ellos.

-¿Cuál es su bar perfecto?

-El bar en el que estoy en cada momento. En el que uno se siente como en casa. Puede ser un bar cochambroso, con cáscaras de cacahuetes por el suelo, pero si estás bien es lo importante.

-¿En qué género se siente más cómodo, como novelista o como columnista?

-En los dos. Hay que ser consciente del terreno que pisas, respetando las reglas del juego. Yo evidentemente soy novelista y esa falta de reglas que existe a la hora de escribir una novela es más tranquilizante que los preceptos a respetar en el periodismo.

-Sin embargo, estamos ante el boom del columnismo. Hoy en día parece ser lo que más atención recibe...

-Es exagerada la relevancia de nuestro columnismo. Estamos en un mundo lleno de información en el que el columnismo es como una suspensión del tiempo, un descanso. Hoy en día hay un bombardeo incesante de información, por lo que el columnismo es un género de oasis. De todas formas creo que esto es un fenómeno, una burbuja que algún día explotará.

-¿Qué escritor fue su principal influencia?

-Muchos autores que he leído. La mezcla de lecturas muy variadas es lo que me ha hecho aprender. Ese caos ha ido ordenando mi estilo, creando una suma de la que yo soy el producto.

-¿El humor es la clave principal a la hora de escribir?

-Hay muchos valores importantes a la hora de escribir. El humor es una medida exacta, nadie tiene el secreto para alcanzarla. Tanto en la narrativa como de columnista hay que hacer uso razonable del humor. Es algo que uno genera sin saber cómo, pero para mí, haber sido dotado de este don es una especie de milagro.

-¿Las resacas vienen acompañadas de una noche de anécdotas e inspiración?

-No siempre. La resaca causa malestar que te sirve para hacerte a la idea de que todos los actos tienen consecuencias. Uno no piensa en la resaca hasta cierta edad. Cuando empiezas a pensar en las resacas es cuando llega tu decadencia personal, aunque eso es bueno, marca una etapa de la vida.

-Mientras haya bares... ¿qué?

-Habrá autores y habrá un hogar al que regresar.