Andrés Valero-Castells tomaba la batuta de la Banda Municipal de Música por última vez el pasado domingo en un concierto de aires rockeros celebrado en la plaza de María Pita. Tras haber ejercido como director titular de la agrupación durante casi un año, Valero-Castells regresa a Valencia, su tierra natal, para retomar su labor didáctica.

-¿Qué le ha aportado su trabajo en la Banda Municipal de Música de A Coruña?

-Ha sido una gozada, el nivel de la banda es buenísimo y la verdad es que ha sido una temporada inolvidable. Creo que hemos ido creciendo en calidad y en dificultad, cogiendo confianza entre nosotros, y el concierto que dimos el domingo en María Pita fue el broche de oro, con un repertorio complejo.

-¿Con qué momentos se queda de este año?

-El 25 de octubre fue el primer concierto y te diría que me subí en una nube musical de la que me estoy empezando a bajar ahora. He dado 18 conciertos y no hay ninguno que me haya dejado mal sabor de boca. Por quedarme con alguno, diría el primer concierto y el último: llegar y ver al público del Palacio de la Ópera volcado fue espectacular, y el broche de oro final, también.

-La elección como broche final del Concierto para grupo y banda sinfónica de Jon Lord, de Deep Purple, ¿obedeció a alguna razón concreta?

-Cuando llegué el pasado año y hablé con el concejal ya le propuse diferentes conciertos-espectáculos con colaboraciones diversas, con grupos de rock, folk... En ese momento ya hablé de la posibilidad de interpretar el Concierto para grupo de rock y orquesta de Jon Lord, porque es una obra magnífica, y un nivel que les pone las pilas a todos los músicos de la banda, ya que es compleja para ellos, y es llamativa para el público.

-¿Qué le hace sentirse más cómodo dirigiendo a una banda?

-Yo soy un músico que nació en una banda. Desde pequeño toqué en banda y es una formación que conozco muy bien. He estado dirigiendo ocasionalmente a orquestas, pero en Valencia hay muchísimas bandas y he tenido la oportunidad de dirigir muy buenas bandas allí.

-Compagina sus facetas como profesor, compositor y director. ¿Funcionan como un todo?

-Se complementan muy bien. Dar las clases es quizás lo menos artístico, porque no tienes contacto con el público. Pero cuando estás ensayando con una banda, también estás dando una clase de algún modo, porque estás dando tu visión de la obra. También complemento muy bien la dirección con la composición. Cuando tengo que dirigir, estudio la obra también bajo el punto de vista del compositor, y cuando compongo, siempre pienso en cómo escribirlo para que se dirija de la mejor manera posible.

-¿Ve más similitudes o diferencias entre las bandas gallegas y las valencianas?

-Similitudes. En Galicia lo bueno es que estamos en un momento ascendente. A nivel de bandas profesionales, las de A Coruña y Santiago tienen mucha historia detrás. A nivel de bandas populares, Galicia hoy en día es una potencia en línea ascendente.

-¿En qué lugar están más igualadas las condiciones de las bandas y las orquestas?

-A nivel profesional, en ambos sitios están en desigualdad. Tanto en Valencia como en Galicia, las posibilidades de una orquesta profesional son infinitamente mayores a las que tienen las bandas profesionales. Hay un poco de estigma social, porque siempre se ha visto a las orquestas como algo de más nivel, y eso hoy en día es injusto y habría que normalizarlo.

-¿Cuáles son sus planes para los próximos meses?

-Ahora mismo, me incorporaré a las clases de nuevo. A nivel dirección y composición también habrá más actividad, seguro.