Luís Ivars, compositor y presidente de Musimagen, la Asociación de Compositores de Música para Audiovisual de España, impartirá esta tarde la masterclass Creación audiovisual e dereitos do creador a las 18.30 horas en el centro sociocultural Ágora. La clase se incluye dentro de la celebración de la primera edición de la Semana das Músicas do Audiovisual, organizada por la Academia Galega do Audiovisual, la Fundación SGAE y la Sinfónica de Galicia.

-¿Qué le fue lo que le animó a participar en la Semana das Músicas do Audiovisual?

-Como presidente de la asociación que reúne a los compositores de audiovisual del país siempre es motivo de orgullo estar en una actividad alrededor de este ámbito. Siempre es mi objetivo que la mayoría de iniciativas de la asociación ayuden a que la música audiovisual llegue a más gente y se haga más popular y cercana a todo el mundo. Por otra parte, Nani García ha hecho un esfuerzo enorme por sacar adelante esta programación y el ayudar a un compañero siempre es otro motivo de placer.

-Su masterclass se centrará en los derechos de los creadores. ¿Cree que existe un desconocimiento sobre este ámbito por parte de los autores?

-Generalmente, pienso que los autores se contentan prácticamente con registrar su obra y poco más, si es que la registran y, mucha de la gente que no conoce del poder económico que puede llegar a tener su obra no lo hace y están perdiendo esa ayuda que puede contribuir a que sigan componiendo con un mejor nivel de vida. Por ello es importante que sepan cómo funciona, quiénes estamos trabajando para defenderlo, tanto a nivel nacional como europeo. Y, cuando digo autores, me refiero a guionistas, directores y compositores de música, que son la trinidad autoral de la creación audiovisual. Hay que reconocer que ha habido bastante ignorancia sobre cómo funciona y cómo se puede mejorar.

-¿A qué cree que se puede deber esa ignorancia?

-A que los creadores disfrutamos creando y las cosas burocráticas nos cuesta más llevarlas adelante, porque a veces también es difícil llegar al conocimiento de cómo está funcionando SGAE desde la periferia e incluso desde Madrid.

-¿Qué posibilidades le aporta a un compositor el hecho de trabajar para el audiovisual?

-Componer para audiovisual es una forma distinta de componer. No lo haces libremente sino al servicio de una imagen y estás limitado al tiempo que dura una escena, a los diálogos... Pero, sobre todas las cosas, la diferencia entre componer libremente y al servicio de la imagen es que, para mí, el compositor de audiovisual es el responsable de escribir el guión emocional definitivo de la película. Nosotros llegamos en el momento en el que cualquier carencia de un filme puede ser subsanada.

-Sin embargo, en ocasiones este trabajo no se conoce como debería, una de las premisas de las que parte la Semana das Músicas do Audiovisual.

-Es cierto, porque nosotros hacemos la música para la película, y va unida a su éxito. La gente se conoce La Guerra de las Galaxias o Indiana Jones pero no se conoce El Capitán Trueno, o las estupendas bandas sonoras de Nani García o de Sergio Moure o de tantos compositores españoles que son fantásticos pero que, como las películas no han tenido la misma promoción que tiene el cine americano, no son tan conocidos.

-¿Han mejorado las condiciones laborales en su sector?

-No somos ajenos a la situación que vive el país. Como todos, hemos estado en una regresión importante y la cultura y la educación lamentablemente en este país son dos de las primeras víctimas de una época de crisis. Pero sí es cierto que desde este año ha habido un incremento en la producción de películas y hay una pequeña mejora también en las condiciones laborales.

-¿Considera que sigue en alza la cultura del gratis total?

-Creo que es un problema de educación. Hemos perdido un par de generaciones que han crecido con este concepto, absolutamente erróneo. Gratis total para la cultura significa que todas las personas que estudiamos durante media vida y trabajamos durante el resto para hacer una cultura de nivel que pueda ayudar a dar al público productos de calidad, tengamos que vivir de la nada. Afortunadamente, en mi posición de representante español en la Alianza Europea de Compositores puedo decir que hemos defendido, más de veintisiete países unificados en Europa, el que consigamos se paguen derechos de autor en el nivel de internet, un territorio donde los grandes portales están manejando nuestros contenidos sin pagar nada por su uso. Incluso Apple o Google viven muy a gusto con la filosofía del gratis total porque les hace ganar más miles de millones sin tener que pagar nada a los creadores.

-Sin embargo, han surgido plataformas como Netflix o Spotify, que parecen aminorar en cierta medida el impacto de ese tipo de cultura.

-Ahora mismo acaba de salir la propuesta de ley del mercado único europeo de internet, donde hemos trabajado muy intensamente para hacer valer nuestro trabajo como creadores. La cuestión es que tanto Netflix como Spotify están pagando pero lo hacen todavía por debajo del valor equivalente que se pagaba cuando había una venta de discos. Además, se da el caso de que se ahorran muchos gastos, porque los gastos de distribución no existen, tú subes a un portal un producto y no tienes que gastar dinero en camiones y camiones que transporten los soportes físicos hasta ciudades de todo el planeta. Es una infraestructura tan sencilla que está siendo un negocio redondo para un pequeño grupo de privilegiados y lo estamos pagando los creadores.

-¿Es optimista con respecto al futuro de la música?

-Hay que pelear por él, sin duda. Pero sí te digo una cosa: la música nunca morirá. Es algo que en los peores momentos de la historia siempre ha sobrevivido. Está en la calle, en la propia expresión de la humanidad. El problema es que el profesional pueda morir, porque es el que dedica su vida a mejorar el arte y, si no existe un reconocimiento a su trabajo, la cosa puede acabar muy mal. Pero soy optimista, creo que el artista es un historiador de su tiempo, dejamos testimonio de cómo es nuestra época y estoy convencido de que esto es algo que no va a desaparecer.

-¿En qué proyectos está trabajando en este momento?

-Acabo de terminar 22 ángeles con Miguel Bardem, que es una historia estupenda porque parte de A Coruña, y habla del doctor Balmis, que salió en expedición con la vacuna de la viruela hacia las Américas y hacia Filipinas para transportar, con veintidós niños, este antídoto que salvó millones de vidas. He tenido que informarme de la música de raíces celtas y ha sido una conexión estupenda, de repente estoy aquí y me siento como si el destino hubiese querido que lo viera con mis propios ojos.