La ganadora del V Certamen de Monólogos de El Club de la Comedia, Sara Escudero, participa este sábado a las 20.00 horas en Cómicamente, un espectáculo organizado por la empresa Etiqueta Negra con el fin de reunir sobre escena a diferentes humoristas con enfoques eclécticos a la hora de abordar la comedia. Junto a Escudero estarán los cómicos David Navarro y Maru Candel, curtidos en la stand-up comedy.

-¿Qué verá el público que asista a Cómicamente?

-Somos tres cómicos muy distintos y cada uno hará unos cuarenta minutos de su padre y de su madre, será un popurrí de humor.

-El hecho de participar junto con David Navarro y Maru Candel, con perfiles cómicos diferentes al suyo. ¿Le ha hecho aprender de ellos y viceversa?

-Sinceramente, sí y no. Nos han juntado a nosotros tres porque les ha apetecido y porque somos amigos. Evidentemente siempre que actúas con compañeros aprendes cosas. Si nos queremos poner filosóficos diría que sí, pero si nos ponemos sensatos, te digo que a nivel personal siempre aprendes cuando estás con otros, pero no.

-¿Qué la inspira a la hora de crear sus monólogos?

-Mi vida, cómo vivo con lo que me rodea y en lo que me rodea. Consiste en observación y luego hay que meterle imaginación.

-¿Alguno al que le tenga especial cariño?

-A todos les tengo cariño. Cuando vas al teatro no te hago un monólogo entero como cuando lo grabas en tele, sino que mezclo todos los que yo tengo en una temática. Por ejemplo, en que me siento mal porque de cumplido 35, y con esa línea voy trabajando. Voy metiendo bloques que pueden ser muy independientes entre sí aunque la línea de conexión para contarlo es tu crítica personal. Quizá en los primeros hay ciertas líneas que metes para romper el hielo con la gente que te han acompañado muchos años y les tienes mucho cariño. Pero en general, les tengo cariño a todos y a ninguno, conviene no encapricharse porque igual vas con uno en la cabeza y para ese público no funciona, entonces tienes que cambiar de bloque para que se lo pasen bien.

-Dejó la carrera de Medicina para dedicarse por completo a la comedia. ¿El humor también puede llegar a curar de alguna manera?

-Por supuesto. Para mí la comedia es un modo de vida porque es actitud, el humor está en la cabeza. Las personas que no son capaces de reírse de sí mismas o de lo que les acaba pasando con el tiempo terminan por acumular mala energía. El sentido del humor que está localizado en un punto muy concreto del cerebro, es salud mental. Una sonrisa cura.

-¿Ha tenido a algún cómico como referente?

-Realmente yo soy menos técnica y más de energía arriba, de entregar tu arte y tu tontuna, me gusta mucho jugar con la gente. No me he fijado en ningún cómico o cómica en concreto en cuanto a inspirarme, porque creo que cada uno tenemos que ser genuinos en lo nuestro. Pero si tuviera que decir a quién me gustaría parecerme de mayor, me gustaría ser una Goyo Jiménez, que para mí es el ejemplo de perfección sobre un escenario.

-Presenta el programa de cámaras ocultas Sígueme el rollo en Ten. ¿Qué fue lo que más le atrajo de este proyecto?

-La libertad para jugar y para vivir un directo, porque aunque la broma va editada luego, el hecho de estar una hora y pico jugando con las reacciones de la gente y con el invitado que tengas es una libertad absoluta, llama muchísimo la atención a cualquier persona que viva del humor.

-¿A quién podría seguirle usted el rollo?

-En el sentido profesional, se lo podría seguir a mucha gente; me encantaría seguirle el rollo a un Andreu Buenafuente, a una Eva Hache o a Goyo Jiménez, a muchos compañeros. Y, en el sentido personal, también a muchos, pasar un rato tomando un café y echando unas risas.