Una recopilación de algunas de las obras de Miguel de Cervantes entre las que se encuentran sus Novelas ejemplares, El coloquio de los perros, Viaje del Parnaso y Don Quijote de la Mancha, subirá a las tablas del Rosalía este viernes y sábado a las 20.30 horas de la mano de la música, el teatro, el humor y la poesía de la agrupación Ron Lalá con Cervantina, "un montaje basado en la parte más lúdica y humorística del autor", como apunta uno de los componentes de la compañía, Miguel Magdalena.

El espectáculo, coproducido por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, constituye una especie de puzzle escénico cuyas piezas, los fragmentos literarios del autor alcalaíno seleccionados por Ron Lalá, responden a "la capacidad de Cervantes para ser un escritor poliédrico, con personajes que en la misma historia son varias cosas, como mujeres que son hombres o gitanas que son mujeres de clase alta", como explica Magdalena.

Otro de los factores que llevó a la compañía a realizar su particular versión de las obras cervantinas fue "su discurso en torno a la libertad y la honestidad a la hora de pintar algunos sectores de la sociedad", una característica que actúa como hilo conductor entre los diferentes fragmentos del espectáculo, junto "al posicionamiento del autor frente a las dificultades que el país le ofrece", como señala el actor: "Este es un país en el que, desgraciadamente la cultura recibe un trato igual que el de hace cuatrocientos años; nosotros creemos que él habla de libertad porque él pensaba que España necesitaba tener un poco más de respeto hacia ese concepto".

El universo del escritor se recrea en Cervantina a través de un sello "gamberro, con un punto de autocrítica y autoironía, con respecto pero sin reverencia". Con este espectáculo, Ron Lalá sigue la estela de su anterior producción En un lugar del Quijote, un montaje que los impulsó a homenajear al escritor "desde una parte de su obra apenas conocida por el gran público" y desde un prisma que destacara el carácter popular de la pluma del autor, rompiendo con la severidad a la que en ocasiones están sujetas las representaciones de su obra. "En España generalmente existe la costumbre de montar las piezas clásicas con una cierta seriedad, y sinceramente creemos que estas obras no la tienen en el sentido cultural; a veces parece que cuanto más enrevesado sea lo que se cuenta, es más cultural, y no hay que olvidarse de que el teatro está hecho para que disfrute la gente, no los actores o directores", afirma Miguel Magdalena.