A Sandra Sameh le gustan la tortilla, el chorizo y la "calma" de las calles. Es estudiante de Comunicación en la Universidad de El Cairo, y acaba de llegar a A Coruña, junto a otros nueve jóvenes egipcios para participar en el proyecto Allies, un programa de intercambio cultural con menores de 30 años, que organiza la ONG Ecos do Sur con la entidad Etijah y que se desarrollará hasta el 31 de octubre en la ciudad. Son una veintena de jóvenes que se reúnen en A Coruña y que, después, lo harán en Egipto para "tender puentes" y "derribar ideas preconcebidas" sobre las otras culturas.

A Rodrigo Vázquez se le cayeron "todos los clichés" al suelo cuando vio a sus compañeros de grupo. "Son majísimos, son abiertos y están preparadísimos, hablan muy bien inglés", dice Vázquez. Lo mismo le llamó la atención a sus compañeras Tamara Ochoa y Teresa Álvarez. "Cuando llegaron ya nos dijeron: ¡hola!, eso ya implica un esfuerzo. Teníamos una impresión previa de que, por venir de Egipto, iban a estar peor que nosotros, siempre piensas que lo tuyo es mejor, pero nos dan mil vueltas", explican. Nahid El Amrani es marroquí y es la coordinadora del proyecto por la parte de Ecos do Sur, para ella, el hecho de transmitir que la cultura árabe es "diversa" y de que hay muchas maneras de vivir tanto la cultura como la religión es uno de los objetivos más importantes de esta actividad. A Sandra Sameh una de las cosas que más le llamó la atención al llegar a la ciudad fue que no había diferencia entre su ropa y la de las mujeres que veía por la calle.

A Merna Zaki, que vive en El Cairo, pero que nació en el sur de Egipto, donde se quedó su familia, "la arquitectura y los colores" de las calles, así como que, en cada esquina, en cada edificio "haya un poco de cultura y de historia" fue lo que más le sorprendió. Ayer por la mañana fue la primera vez que vio en un mismo plato huevos y patatas cocinados juntos. "Yo había venido a Europa antes, pero estuve en Noruega y pensaba que los españoles se parecerían más a ellos que a nosotros, pero no es así", explica Merna Zaki. A Nesma Mohammed y a Menna Moustafa, sin embargo, lo que más les chocó al llegar fue que las tiendas estuviesen cerradas y que hubiese unos horarios comerciales que cumplir y es que ellas vienen de una de esas ciudades de las que se dice "que nunca duermen".

Mina Ehab Youssef y Nourhan Abdelazizmahmoud, como todos sus compañeros, ven en esta experiencia una "oportunidad" para conocer cómo son otros jóvenes de su edad en diferentes partes del mundo, cómo viven el ocio, las oportunidades laborales y el futuro. "Es un viaje para conocer a los demás, pero también para saber más sobre ti mismo", dicen. De todo lo visto hasta el momento a Nourhan, sin duda, lo que más le sorprendió fue que hubiese "diferentes razas de perros" que hay en las calles. Mrwan Salah y Abdallah nunca antes habían escuchado hablar de A Coruña, ni siquiera del Dépor, no sabían ni dónde estaba en el mapa y esperan poder hablar de la crisis de los refugiados y del uso de las redes sociales en esta semana de actividades. Desde el otro lado, a Raquel Abeledo, a Lorena González y a Jaco Treus Álvarez, les sorprendió que no existiese la barrera cultural que se esperaban encontrar. "Visten igual que nosotras y se hacen los mismos selfies o más, algo que pensaba que era tan occidental, no lo es", comenta Raquel. A Jaco, sin embargo, le impresionó que algo tan interiorizado para él como ponerse el cinturón al subirse al coche o parar cuando un semáforo está rojo sean rarezas para los egipcios.

El proyecto Allies tiene como objetivo la sensibilización y la educación en valores, así que, durante toda esta semana los participantes realizarán actividades relacionadas con el medio ambiente, el género y el ocio saludable.