El escritor Pepe Colubi llegará este viernes 4 de noviembre a las 20.30 horas al teatro Colón para presentar No se ha hecho nada igual (por algo será), un "espectáculo atroz" en el que compartirá escenario con el compositor Pepín Tre. Sobre las tablas, Colubi comentará una serie de diapositivas que dejarán constancia de su participación en una excursión comercial para ver a Luis Aguilé y Marianico el Corto. Tre entrará en el relato con un "delirio de canciones y surrealismo puro".

-¿Qué lo llevó a participar en la excursión comercial que describe en este espectáculo?

-Llegué un día a casa y me encontré en el buzón la propaganda y fui por curiosidad; quería ver cómo eran esas excursiones de un día. Luego, una vez que fui, lo vi, y tuve la suerte de hacer fotos, empecé a darle vueltas con mucha calma a la posibilidad de convertir eso en un espectáculo. Tiene el valor de que fue verdad y la diversión de que voy contando todo lo que pasó ese día.

-Hace unos años confesó en el programa Ilustres Ignorantes que el haber adquirido el single Juanita Banana de Aguilé en Ebay había sido su mayor locura como fan. ¿Lo sigue siendo?

-Me gustan mucho las locuras inútiles, porque son tan absurdas que no son autolesivas. Ese tipo de locuras las hago continuamente, por diversión y por dispersión; hay que hacer cosas raras de vez en cuando para sentirnos vivos.

-Tre defendió en una ocasión el fracaso como una de las bellas artes. ¿Está de acuerdo con él?

-Él dice que hace muchas cosas distintas - es compositor, humorista, músico...- porque ha ido fracasando en todas ellas sucesivamente, y yo también tengo una biografía muy agitada en ese sentido. Es como el título de una novela de Santiago Gamboa, Perder es cuestión de método; para fracasar hay que intentarlo sucesivamente.

-Usted es escritor, periodista, guionista, DJ... ¿Hay alguna faceta que le gustaría desarrollar en el futuro y no haya podido hacer hasta el momento?

-Me gustaría saber qué se siente al ser único acertante de seis en la Primitiva, y es algo a lo que me entrego semana tras semana con la ilusión de un idiota, pero ahí sigo. Yo he ido cumpliendo de manera muy inesperada etapas muy satisfactorias por haber tenido la suerte de que gente muy diversa confiara en mí para cosas casi opuestas.

-Desarrolló la Teoría de Fascinación por lo Cutre en su libro La tele que me parió. ¿Sigue siendo aplicable a los productos televisivos actuales?

-Por supuesto, sin ir más lejos, ahí está la cobra de Bisbal a Chenoa. Se supone que hay un hecho artístico detrás, pero al fin y al cabo lo que acapara tuits, titulares y comentarios es si Bisbal evitó los labios de Chenoa. Es pura cutrez, pero no lo digo como algo peyorativo. Toda la vida se alimenta de la fascinación por lo cutre; hay cosas que no puedes dejar de mirar para bien y para mal. Influye no solo en los productos televisivos, sino en cualquier ímpetu artístico que podamos tener en la vida.

-En una ocasión hizo referencia al humor como discurso y como vía para reflexionar sobre temas trascendentes. ¿Cree que funciona realmente?

-Yo creo que sí. El humor está considerado en general como un arte menor. Cuando se dice de una película o un libro que es humorístico es cuando se dice que no tiene pretensiones, y yo me pongo rojo de ira porque parece que la pretensión de hacer reír vale menos que la del drama, que es algo que ya tenemos incrustado en los genes y en la propia vida. El drama te sale al encuentro sin moverte, pero la risa hay que ganársela con el sudor de la frente y con una actitud humorística que puede ser sarcástica, irónica y, por supuesto, también reflexiva.

-¿A qué dos invitados llevaría al programa Ilustres Ignorantes y con qué tema?

-La verdad es que me gustaría llevar a más deportistas, porque me consta que hay deportistas que nos siguen y recuerdo con mucho gozo el día que vino Garbajosa. Como posible invitado se me ocurre por ejemplo Rudy Fernández. Hay mucho cachondeo en ese mundo, y a veces nos quedamos en la superficie del esfuerzo, la superación y el sufrimiento. El tema ya sería libre, porque Ilustres Ignorantes es tan fiesta que muchas veces el tema es casi una excusa para charlar.