La compañía Galitoon llega este domingo a la ciudad con Güela-Güela, un espectáculo infantil pensando para los más pequeños. La empresa gallega, que ha logrado varios premios nacionales a lo largo de su trayectoria, ofrece hoy en el teatro Colón (18.00) una función de títeres con más de 70 representaciones a sus espaldas: la historia de Güily, una cigüeña que emprende un viaje especial.

"El espectáculo trata de una cigüeña pequeñita, a la que sus padres no dejan llevar los hatillos en los que los bebés llegan hasta sus familias", cuenta el director de la compañía, Chisco Casteleiro. "Sin embargo, un día se olvidan de uno, y Güily decide que ya es lo suficientemente mayor como para llevarlo él solito", añade.

A partir de ahí, el protagonista iniciará un camino en el que se topará con varios personajes peculiares: un grupo de pájaros que comparten el mismo nombre, un guacamayo especializado en el arte de inventar nuevas palabras, y un buitre, Soco, que advierte al ave de la importancia de cuidar a sus amigos:

"Cuando vamos a producir un espectáculo, nos tomamos muy en serio el perfil psicológico de los personajes, qué van a decir y cómo lo van a decir", explica Casteleiro, "de esa forma, nosotros no les decimos a los niños lo que tienen que hacer, sino que les presentamos unos personajes que les caigan muy bien y que hacen lo que nos gustaría que hicieran ellos".

Esta técnica, conocida como educaiment (una fusión de educación y entretenimiento) se trata ya de una práctica habitual en la compañía. "Es el doble de efectivo, porque no es un profesor que les dice, sino un colega que hace", comenta Chisco.

Pero lo cierto es que Güela-Güela no solo enseña valores a los pequeños de la casa, sino también arte, un concepto que se encuentra mucho más presente de lo que parece: "En el 2015, el departamento de educación del Museo del Prado nos propuso basar un espectáculo infantil en alguna de las pinturas que tuvieran expuestas. Ofrecieron varias y, como Las Meninas ya estaba muy trillado [se ríe], escogimos Concierto de Aves, del pintor holandés Frans Snyders", relata Casteleiro.

El director de la entidad admite que el relato de Güily le había estado rondando por la cabeza durante años, pero que el cuadro de Snyders terminó por inspirarle: "La idea de Güily, y del problema que los niños se vayan ellos solitos por ahí ya la tenía desde hacía cuatro años", dice, "pero con el cuadro me inspiré y la plasmé ayudándome de la iniciativa".

Tras la contribución que supuso la pintura, Galitoon se ha servido de muchos otros recursos para materializar su relato. Entre ellos, la empresa ha echado mano de la música, la interacción con el público y la luz negra, un método que permite que los actores no sean percibidos en el escenario y que la historia "impresione mucho más a los niños".

"Queremos entretenerlos", asegura Chisco, añadiendo que el viaje de Güily no solo encandilará a los menores: "Está dirigido a los niños entre dos y seis años, pero en realidad nunca pasamos de esa edad. Seas quien seas, terminarás sonriendo como uno".