La cantante, compositora y productora portuguesa Dulce Pontes presentará el sábado a las 20.30 horas en el Palacio de la Ópera su último trabajo, Peregrinación, un disco que ha tardado cinco años en producir. El concierto, que abrirá la gira en España de su nuevo álbum, será el único que ofrezca en Galicia. En él interpretará varios de estos temas, producidos sobre el borde de lo clásico y lo experimental.

-Siempre ha estado muy interesada en ser una artista versátil, sin miedo a moverse entre distintos géneros musicales, ¿es una línea que sigue en este disco?

-Sí, es algo que no puedo controlar, es el instinto. Me siento atrapada en determinada música o en determinado poema que está en mi cabeza y no puedo seguir si no lo oigo, sea un tema original o cantado por otras personas. Me obsesiono un poco con él, y no me quedo tranquila hasta que lo suelto fuera y lo siento mío. El resultado de eso ha sido un trabajo que está grabado en tres idiomas, portugués, español e inglés, producidos dentro de una coherencia que se ve en los arreglos.

-Es un trabajo que define como un viaje, ¿un viaje a dónde?

-Por un lado, es un viaje interior realizado en momentos de soledad que me han permitido interiorizar muchas cosas, y en momentos de mi vida personal con personas que ya se han ido. Y por el otro, son los viajes que he hecho en estos últimos cinco años, en los que he compartido escenario y conocido a mucha gente a la que admiro. En todo el proceso ha habido esas dos vertientes: una peregrinación exterior literal y una interior.

-Además de cantante, es instrumentista y compositora. ¿Cómo ha trabajado estas facetas en su nuevo disco?

-Compuse temas originales, sobre todo en portugués. Había compuesto también un tema en castellano, pero muchas canciones quedaron fuera del álbum, porque tuve la necesidad de hacer una criba y extraer los temas que desde mi punto de vista tenía sentido que estuviesen juntos, contando una historia. Ahora son los distintos estados del alma que tienes al recorrer un camino.

-Los temas están en un doble CD. La primera parte está compuesta en portugués, y la segunda mayoritariamente en español. ¿Por qué se decantó por ese bilingüismo?

-No lo sé [se ríe]. Fue surgiendo de manera natural. Yo canto en españolés, por así decirlo, algo que no habría pensado en hacer hace años. Antes ya había grabado en castellano en distintas ocasiones, pero ahora me resulta natural, como si estuviera cantando en portugués, sobre todo cuando los traigo a mi terreno. Existe mucha influencia de mi cultura en esas canciones en castellano.

-Los temas en español están en un disco llamado Puertos de abrigo, y los portugueses en Nudez. ¿Por qué esos nombres?

-Los escogí porque son estados del alma completamente diferentes. Es el contraste entre la faceta interior y la exterior. Puertos de abrigo es todo lo que he recogido de fuera, y Nudez es todo alma.

-En Nudez, pasa del piano a instrumentos de percusión, algunos de ellos tan curiosos como simples botellas. ¿Cómo acabó usando estos objetos?

-Porque estaban allí [se ríe]. Los busqué y empecé a experimentar. Vi que sonaban bien, y me dije "¿por qué no?". Sucedió en parte gracias a la tranquilidad de estar en casa y tener un espacio para crear cosas, porque te permite hacer lo que en un estudio probablemente no harías. Mi estudio casero me permite nuevas posibilidades. Puedo estar allí todo el tiempo que quiera, y he pasado allí muchas madrugadas.

-¿Es importante experimentar para un músico?

-Yo creo que sí. La experimentación es importante para conseguir reinventar las cosas. Además, ¿por qué limitarse? ¿Por qué seguir siempre las mismas fórmulas? Es importante mantener ese espíritu de niñez, tomarse la música en serio, pero no estar pensando siempre en cómo va terminar. Simplemente hay que seguir adelante. Respetar la música no significa que no puedas jugar con ella.

-Sin embargo, se la suele relacionar con algo muy clásico, los fados.

-Sí, el disco tiene algunos, pero también hay sonoridades experimentales. Mi primer aprendizaje musical fue clásico, así que cuando compongo en el piano siempre viene esa influencia de forma inevitable. Aparte de esos temas clásicos también hay canciones que yo considero clásicas porque suenan atemporales, y también algunas excepciones, como La Leyenda del Tiempo. Cuando empecé a trabajarla, sentí la necesidad de poner una batería súper pesada, y convertirla en algo cercano al flamenco rock.

-Peregrinación es el viaje hacia el interior de sí misma. ¿Es una peregrinación que también hará quien escuche su disco?

-No lo sé. Tengo la sensación de que sí, porque es algo que ha ocurrido en algunos conciertos en directo, y las personas con las que he tenido la oportunidad de hablar sí que se quedaron con esa sensación. No sé si lo voy a lograr siempre, pero lo espero.