Hay personas que un día se despiertan y no recuerdan el nombre de sus hijos. Personas que se observan, consternadas, cuando descubren que han olvidado cómo ponerse el cinturón, o cómo leer la hora que se refleja en el reloj de la cocina. Por ellos, por todos los que a diario se enfrentan al alzhéimer, es por los que tocará Silvia Penide este viernes. La cantautora protagonizará a las 20.00 horas en Afundación un concierto solidario a favor de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afaco) y del proyecto que desarrolla junto a la escuela infantil municipal de Os Rosales, Camino por la memoria, que reúne a mayores y a pequeños en un viaje virtual por el Camino de Santiago.

-¿Cómo surgió esta colaboración con Afaco?

-Estuve trabajando unos tres años en Afaco, pero lo dejé el año pasado porque lo compaginaba con mi carrera artística y tuve que decidir. Sin embargo, de ese tiempo quedó una buena relación. Hace cuatro meses me propusieron hacer Paso a paso, una canción para Camino hacia la memoria. La hice, y nació la idea del concierto.

-Paso a paso se ha convertido en la banda sonora del proyecto, ¿de qué habla?

-Habla de la unidad y del esfuerzo que compensa. Es una canción muy transparente, con cierto aire gallego en la instrumentación y en la melodía, que busca sacarle una sonrisa a los niños y a los usuarios de Afaco.

-La presentó el año pasado, y la va a recuperar de nuevo para este concierto, ¿qué otros temas tocará?

-Voy a tocar temas que he ido escogiendo desde una perspectiva muy personal junto a Rubén Barros, el guitarrista que me acompaña normalmente. Interpretaré varios de las canciones más significativas de mi carrera, y algunas las reforzaré con algunas cosas que comentaré. Voy a intentar que la gente que venga se sienta dentro de una atmósfera positiva.

-¿No será difícil darle un enfoque positivo? Es una enfermedad muy cruda.

-El alzhéimer es muy duro, sí, pero yo he podido formar parte de las terapias con los usuarios, y a veces salía con una sonrisa, mejor de lo que entraba. Creo que ahí está el quid de la cuestión: encontrar dentro de una enfermedad tan terrible la balsa de aceite que ayude a sobrellevarla.

-Habla de su tiempo con los usuarios de Afaco, ¿cómo cree que les ayuda Camino por la memoria?

-Para ellos el contacto con los niños es brutal, ves que se les dibuja una sonrisa y se les llenan los ojos de lágrimas. Y para los peques también es importantísimo, porque aprenden un montón y se refuerza ese lazo con la gente mayor, a la que muchas veces tendemos a olvidar. Para la persona que está padeciendo alzhéimer es muy beneficioso recibir ese cariño. El cariño ayuda a paliar los síntomas de cualquier enfermedad.

-¿Y la música? ¿Hasta qué punto un concierto puede servir de ayuda en la lucha contra una enfermedad?

-Yo creo que todo suma. Un concierto es un pequeño paso, como el que dan todas las familias cuando empiezas a ver el primer síntoma de la enfermedad. Es una afección larguísima, que requiere mucha comprensión. Es complicado, el alzhéimer es devastador, por eso todo lo que puedas hacer como persona es fundamental.

-Una vez dijo que un enfermo de alzhéimer puede no saber el nombre de su hija, pero que una canción le puede trasladar a un momento de su vida. ¿A dónde le gustaría que le trasladase su música?

-A un momento que le hiciese sentirse bien consigo mismo. Ese es el mensaje que quiero que quede más claro, y el que estoy dando con mi último trabajo, Todo pintado de plata. Que las personas se quiten las culpas, que se sienta bien.