A los 9 años, Martín Varela tenía claro cuál sería su futuro: la magia. La decisión la tomó en un circo, después de ver un número de ilusionismo, y un año después ya estaba ofreciendo en Ares su primer espectáculo. Mañana a las 19.00 horas, apenas unos días después de haber cumplido los 21, Varela subirá al escenario del teatro Colón su último show, Serendipia, una función en la que narrará una historia personal: cómo se convirtió en mago.

"Empecé con la manipulación, la habilidad de hacer magia con las manos. Era muy sencillo para mí porque lo único que tenía que poner era una baraja de cartas y mucho ensayo, pero ahora lo que me gusta son las grandes ilusiones", cuenta el mago. Esas grandes ilusiones son precisamente las que mostrará en Serendipia, con números de gran formato como viajes o desapariciones.

El humor también estará presente, al igual que los trucos dirigidos a los más pequeños: "Habrá números en los que los niños sean los protagonistas, porque yo también fui niño, y sé lo que mola estar encima de un escenario, pero también habrá trucos muy impresionantes para los adultos, y magia poética un poco más delicada", explica.

Según afirma Varela, el show pretende servir de homenaje a dos magos que marcaron su trayectoria, John Calvert y Lorc & Julit, y también quiere alcanzar una meta más alta: "Lo que quiero es que se escuchen los sueños de los niños. Un padre puede llevarse las manos a la cabeza si su hijo le dice que quiere ser mago, pero eso es lo que le va a dar la felicidad. A mí me la dio", asegura.