Dos premios Nacionales de Cómic se pasean estos días por las calles de A Coruña. Se trata de Joaquim Aubert, más conocido como Kim, el creador de la popular serie Martín el facha en el semanario humorístico El Jueves; y del novelista y guionista Antonio Altarriba. Los artistas, que ayer por la tarde protagonizaban una charla sobre su trabajo en Alita Cómics y en la libraría Biblos de Betanzos, repiten hoy de nuevo encuentro a las 18.30 horas en el salón de actos de la UNED, donde hablarán de dos de sus colaboraciones más reconocidas, El arte de volar y El ala rota.

Fue con la primera con la que ganaron el Premio Nacional. La novela gráfica, que les otorgó el galardón en el 2010, comenzó a gestarse varios años antes, a partir de un suceso impactante en la vida de Altarriba. Su padre, de 90 años, se tiraba en el 2001 de una de las ventanas de la residencia de ancianos en la que vivía, poniendo fin a una existencia marcada por la frustración política de quien apoyó al bando republicano durante la Guerra Civil. La necesidad de Altarriba de comprender sus motivos, le llevó a empezar a redactar un guión sobre la vida de su antecesor, que luego trató de presentarle a Kim.

"Coincidimos en un salón del cómic, cuando estaba trabajando en el texto de El arte de volar", cuenta Altarriba, que "estaba convencido de que la obra no tendría ninguna salida". "Me daba vergüenza ir a un dibujante y decirle que tenía un cómic sobre mi padre, así que tardé en proponérselo", añade.

Un mes más tarde, sin embargo, el escritor se animaba, y Kim se unía a un proyecto que desembocaría en el Premio Nacional de Cómic. "Fue una sorpresa para todos, no nos lo esperábamos. Yo estoy muy poco conectado, pero él me mandaba críticas que dejaban el libro muy arriba y yo le decía 'oye, pero los que las escriben son tus amigos, ¿no? ¿o qué?", bromea el dibujante.

El arte de volar les valió el galardón, pero también despertó en Altarriba una necesidad: la de reparar la imagen de su madre, Petra. Ese fue el germen de El ala rota, la segunda obra del díptico que salía el año pasado. "Cuando escribí El arte de volar no pensé que fuera a hacer otro sobre mi madre, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que había sido injusto con ella. Aparecía en segundo plano, muy identificada con la mujer beata y de sus labores, y si lees El ala rota, ves que hay mucho más", dice Altarriba.

Entre esos sucesos extraordinarios, aunque trágicos, a los que se refiere el escritor, se encuentra su propio nacimiento. "Su madre murió al dar a luz, su padre la quiso matar, y si no fuera por su hermana, ella no estaría allí", cuenta Altarriba. De ese momento a Petra le quedó una secuela: un brazo roto que no pudo volver a estirar y del que nadie tenía conocimiento, ni siquiera su familia.

La lesión dio lugar al título de la obra, con la que el autor también ha querido mostrar la realidad de las mujeres de la época: "Me parecía importante hablar de esa generación de mujeres como mi madre. Mujeres anuladas en tiempos muy difíciles, pero que tuvieron un papel muy importante para que las cosas siguieran funcionando", explica.