Puesto que el cine nació sin voz, sólo como imagen en movimiento, recibió el sobrenombre de "cine mudo". Algunos textos se intercalaban entre los fotogramas para aclarar ciertos aspectos del argumento. Pero pronto, antes incluso que la palabra, se añadió la música, aunque al principio se incorporaba directamente en las proyecciones mediante la ejecución de fragmentos más o menos adecuados a la acción por uno o varios artistas. Fue bastante posterior la incorporación al filme de una banda sonora que hacía innecesaria la presencia física de los músicos durante el pase de la película. El término "banda sonora" se aplicó con carácter genérico a la partitura que la acompañaba. Y grandes músicos del siglo XX comenzaron a componer para el cine, como Shostakovich, Prokofiev, Honegger? Tal vez haya antecedentes; pero lo cierto es que en nuestra ciudad se recuperó con gran éxito la fórmula de acompañar en vivo el cine mudo con una agrupación sinfónica. Fue en 2007: la Sinfónica de Galicia, dirigida por Rubén Gimeno, interpretó una excelente partitura de Nani García que acompañaba la proyección del filme de banda diseñada De profundis, debida al artista coruñés, Miguelanxo Prado. En 2009, se proyectó en Madrid el Fausto, de Murnau, ilustrado mediante una espléndida música escrita ex profeso por el compositor, Jesús Torres; fue interpretada por la Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por José Ramón Encinar. Este mismo director español y la Sinfónica de Galicia realizaron una extraordinaria lectura de la partitura de Torres, el pasado viernes en el Palacio de la Ópera. La imagen de Murnau es impactante; la música de Torres, magnífica: atractiva, moderna y adecuada al filme. El compositor utiliza todo tipo de recursos para describir las diversas situaciones que plantea Murnau, basándose en la inmortal obra de Goethe. Torres se aleja de cualquier referencia a sus grandes antecesores en el tratamiento musical del mito (Schubert, Wagner, Berlioz, Gounod, Arrigo Boito?) y construye una partitura que es, según sus propias palabras, "densa, difícil y problemática de montar". Ello añade un mérito muy especial a la versión de la OSG, dirigida por un espléndido director especializado en música contemporánea. La Sinfónica estuvo en uno de sus días grandes. No podemos olvidar la magnífica colaboración de soprano y mezzo -Ilduara Perianes y María Rivera- para otorgar a la conclusión de la película ese aspecto sobrenatural de redención por el amor que se halla en la obra de Goethe y que Murnau resalta en grandes caracteres: " LIEBE". La feliz -fausta- simbiosis de imagen, música y literatura nos ha deparado una maravillosa jornada artística.