Poesía, acuarelas y una profunda amistad. Son los ingredientes que el poeta Antonio García Teijeiro y el pintor Xulio García Rivas han empleado para su Poesía cromática, una mezcla de versos y acuarelas construida a lo largo de dos años en los que los creadores han utilizado sus trabajos para inspirarse de forma mutua. Integrada por 40 poemas y pinturas y precedida por un prólogo escrito por la poeta Eva Veiga, la obra se presentará esta tarde a las 20.00 horas en el espacio de Portas Ártabras, donde los autores hablarán del proceso que, hace casi un año, cristalizaba en su singular libro de versos y pintura.

El proyecto comenzó en el verano de 2014, cuando Rivas y Teijeiro se reunieron en la casa del escritor para poner en marcha la primera sesión de lo que ambos definen como un "reto" creativo. En cuatro citas de dos horas y media de duración, los artistas se propusieron crear 5 poemas y pinturas e intercambiárselas una vez terminadas para poder construir, inspirados por las obras del otro, 5 piezas más. "Antonio estaba en el tercer piso, y yo en el segundo. Hacía las pinturas, se las daba y al final teníamos 10 poemas y dibujos por sesión", explica Rivas, puntualizando que el resultado es "un libro de poesía y pintura" y no "una obra ilustrada".

En él, el pintor plasmó sus "abstracciones de paisajes" empleando en su mayoría acuarela, aunque también tinta china. Para crearlos, se basó en "las emociones y estados de ánimo" que le sugerían los poemas de Teijeiro, una poesía "intimista y emotiva" en la que su autor asegura haber volcado su "mundo personal".

"Tienen una temática muy variada. Hablan de la sociedad, del amor y el desamor...", cuenta Teijeiro, cuyas palabras también estuvieron "tocadas" por las obras de Rivas. "Su trabajo es espectacular, estoy enamorado de sus pinturas", añade.

El proceso para producir los poemas que las acompañaban no fue, sin embargo, sencillo. Teijeiro tuvo que afrontar varios "momentos de dificultad" en las sesiones, en las que los versos "tardaban". Beethoven, Bob Dylan y Leonard Cohen, algunos de los músicos a los que los artistas escucharon durante la creación de la obra, ayudaron con sus composiciones en los instantes de parón, y enriquecieron aún más este cruce de exposición pictórica y poemario que se gestó en tan solo 10 horas y que salió al mercado sin haber sufrido correcciones.

El motivo por el que los autores no quisieron rectificar nada se debe a que el resultado original, en bruto, era una parte importante del desafío. También a que el libro nació como un simple experimento, que sus creadores no tenían la intención de publicar. Poesía cromática, sin embargo, ha visto la luz. 200 ejemplares firmados personalmente por Rivas y Teijeiro dan cuenta del trabajo conjunto de los compañeros, que no dudan de que volverán a reunirse en nuevos proyectos en el futuro. "Somos más que amigos, somos como hermanos. Seguro que volvemos a trabajar", concluye el pintor.