Son solo óleos sobre lienzo, pero en sus manos se convierten en una puerta al mundo del inconsciente. Pablo Gallo, artista coruñés afincado desde hace años en Bilbao, regresa este otoño a su ciudad natal con su Gabinete de apariciones, un conjunto de 37 pinturas inéditas en las que reflexiona sobre el límite entre la realidad y la fantasía. A través de una temática figurativa y con cimientos anclados en el simbolismo, el pintor, dibujante e ilustrador se propone recuperar el lado más mágico del arte con las piezas exhibidas, que permanecerán en el Monty4 hasta el 27 de octubre.

El elemento protagonista de la muestra son las nubes. Se multiplican por decenas en las exposición de Gallo, que las emplea para representar lo que define como una de sus mayores obsesiones como artista: el subconsciente. "Me interesa esa frontera entre la vigilia y el sueño. Es como crear un mundo imaginario", explica el pintor, que mezcla los cúmulos con personajes cuya identidad suele ocultar.

La unión, dice el artista, no persigue transmitir ningún mensaje. Las imágenes "pueden tener diferentes lecturas", pero con ellas Gallo sí espera rescatar la visión del "arte como magia y el artista como chamán" que "se ha perdido" en su disciplina. Para recuperarla, propone un camino que pasa por el ocultismo y el simbolismo que recoge en sus piezas, y que en esta ocasión ha querido volcar en las nubes. "Están en contacto con el cielo, algo que está más allá de nosotros y que no podemos controlar", comenta el pintor, que no quiere que sus cuadros sean percibidos como un mero entretenimiento.

A los de su Gabinete de apariciones, el artista les ha dedicado los dos últimos años. Con la "envolvente música de Swans" de fondo, un grupo que escucha mientras pinta por la invitación al "trance" que suponen sus ritmos, Gallo ha creado más de una treintena de piezas de formatos diversos, que van desde los 20x20 centímetros hasta el metro, y que se venden por cifras que oscilan entre los 300 y los 2.000 euros. En la sala, el artista las ha unido por medio de las nubes incompletas, dándoles un aspecto de conjunto en varias zonas del local. "Algunas acaban en el borde de un cuadro y conectan con otras", dice el coruñés, mencionando luego una de las 37 pinturas de la muestra, en la que aparece "un hombre que tiene una nube en la cabeza" que "simboliza los pensamientos elevados".

Los pinceles para crearla los ha sacado recientemente, pero con la experiencia de quien lleva años utilizándolos. Su pericia la heredó de su padre, "un artista aficionado", entre cuyos botes y caballetes se crió el pintor, y que le animaron a convertir el arte en algo más que un pasatiempo. "Cuando eres un niño es simplemente un juego, pero fui creciendo, mis padres me apoyaron y... Nunca me he dedicado a otra cosa", cuenta Gallo.

La primera exposición la recuerda remontándose a la veintena. Tras ella vinieron muchas otras, y libros como el Libro de las Invocaciones, Manual de ruleta rusa o Dibujar en la oscuridad, en el que explica la práctica de dibujar a ciegas que convertía en perfomance hace tres años. El show, que realiza en compañía de la música de Iago Alvite, lo traerá de vuelta a A Coruña a finales de octubre, momento en el que lo realizará como parte de la clausura del Festival de Cinema Fantástico (FKM) de la ciudad, que este año incluirá un nuevo concurso, Cinema Fetus, para los cortometrajes de bajo presupuesto más vanguardistas y experimentales.

Su muestra actual sobre el mundo onírico en el Monty4 también se encuadra dentro de las actividades del FKM. Terminará en una fecha cercana al festival, cinco días después, y podrá visitarse de lunes a viernes de 11.00 a 15.00 y de 17.00 a 20.00 horas.