El abanico de espejismos y picarescas del mundo del arte contemporáneo tiene su retrato en Fred Cabeza de Vaca, el artista creado por Vicente Luis Mora en su novela homónima, que ya le ha valido el premio Torrente Ballester. La biografía de su protagonista, reconstruida a través de la investigación de una académica que lo idolatra, la presentará el jueves en la Biblioteca Provincial, en la que hablará de su texto a partir de las 19.00 horas.

- Las nuevas formas de narración en Alba Cromm , la falta de tiempo en Subterráneos y ahora el arte contemporáneo en Fred Cabeza de Vaca . ¿No hay novela sin crítica?

-Yo entiendo que la novela tiene que ser crítica. Consigo misma, con los personajes y con la sociedad. Creo que tiene que poner en crisis las cosas y cuestionarnos.

- ¿Por qué quiso abordar los claroscuros del mundo artístico?

-Porque me parece un territorio fascinante. El arte contemporáneo me interesa porque hay en él obras maravillosas, pero también grandes timos. Además, dentro del mundo artístico hay actitudes que reproducen otras de la sociedad, como la gente que intenta valerse de la picaresca para conseguir prestigio o dinero. En ese sentido, se me ocurrió que podía ser una buena metáfora de lo que ocurre en otros sectores.

- ¿Qué espejismos encontró?

-Encontré que hay personas que se lo toman muy en serio, pero también que hay mucho aprovechamiento de los aspectos mediáticos del arte contemporáneo. Por ejemplo, la arquitectura de autor, todos estos grandes edificios de grandes arquitectos que son costosísimos y que muchas veces son pirámides que algunos políticos quieren dejar tras de sí como hacían los faraones.

- Explorar estos espejismos le llevó alrededor de 5 años. ¿Por qué tanto tiempo?

-Porque tuve una primera versión que no terminó de funcionar. Le pedí opinión a algunas personas próximas y me dijeron que estaba bien, pero que podía estar mejor. Así que me senté otra vez y reorganicé la novela. Intento ser autocrítico.

- También influiría el formato narrativo, una biografía.

-Sí. Me he da cuenta de que escribir la vida de una persona es un trabajo brutal. Yo admiro a cualquier biógrafo serio, porque me parece un trabajo de locos, pero tiene una ventaja, que es precisamente el grado de detalles en la observación de un personaje. Eso como narrador me interesaba mucho, estudiar con sus luces y sus sombras a un determinado personaje. Pensé que era un material narrativo muy interesante para ponerlo a funcionar en una ficción.

- Su obra la comparan con la biografía ficticia de William Boyd sobre Nat Tate. ¿La conocía?

-No solo lo conocía, sino que reseñé su edición española. Pero yo ya estaba escribiendo mi obra cuando la leí. Las lecturas que uno hace seguramente dejan su rastro y no siempre somos conscientes, pero si busco algún modelo que fuera un referente, diría Verano, de Coetzee. Para mí es una autoridad a la que debo aspirar en cuanto a complejidad e inteligencia. Pero he intentado que mi libro sea diferente.

- Es escritor, pero también crítico literario. ¿Qué diría sobre su libro si lo reseñase?

-[Risas] Esa pregunta es terrorífica, porque me enfrenta en el espejo conmigo mismo. Hombre, yo diría que es una novela ambiciosa, compleja y que está por ver si consigue lo que promete. Diría que apuesta por un modelo de narrativa complejo, que intenta dar respuesta a la cuestión de qué puede decir la novela que no se pueda decir en una ficción audiovisual.

- ¿Y qué puede decir?

-El lector debería encontrar procesos, herramientas y sistemas de ideas que hoy por hoy la ficción audiovisual no puede dar. Ese es mi deseo, no sé si lo he conseguido.

- Por ahora le han reconocido con el premio Torrente Ballester.

-Sí, estoy muy contento y muy aliviado por los comentarios que me están llegando de lectores. También por las primeras reseñas, que son muy generosas.

- Dijo en una ocasión que en este libro todavía no había alcanzado la madurez narrativa. ¿Lo hará en el siguiente?

-Creo que tendremos que esperar a mi momento final para saber exactamente dónde logré mi madurez. Fred Cabeza de Vaca es una buena consecución, pero tengo muchas ganas de leer críticas sobre la novela para ver los fallos y seguir madurando como narrador. Quiero pensar que haré cosas mejores que Fred Cabeza de Vaca, pero estoy razonablemente satisfecho con él.