Terminó la carrera de medicina, hizo una especialidad, un máster, un doctorado? Y luego se subió a un escenario del que ya no se ha podido bajar. El contratenor Christian Gil, antes profesional sanitario y ahora de la música, regresa hoy a su ciudad natal para debutar en el ciclo de As novas voces galegas con su primer recital en Galicia, en el que ofrecerá un programa de ópera, zarzuela barroca y piezas clásicas y gallegas a partir de las 20.00 horas en Afundación.

- ¿Cómo se convierte un médico en un contratenor?

-Fueron cosas paralelas. Yo siempre he cantado, aunque fue en la universidad cuando empecé a hacerlo más en serio en agrupaciones. Allí fui descubriendo mi voz y este tipo de música, pero cultivándola en paralelo con la ciencia. Con una desconectaba de la otra, era muy equilibrado.

- Pero dejó la medicina.

-Llegó un punto en el que tenía que decidir porque ya no podía hacer las dos cosas a un nivel alto. Me empezaron a surgir muchas oportunidades tanto de formación como profesionales a nivel musical y pensé: "El momento de cantar es ahora. Si alguna vez necesito volver a ejercer la medicina, lo tengo ahí".

- ¿Fue difícil dar el paso?

-La verdad es que no. Estaba desencantado con mi trabajo en el Ministerio de Sanidad y vi que en cambio la música me ilusionaba mucho. Eso me facilitó la decisión.

- Ahora debutará en A Coruña. ¿Cómo no había hecho hasta ahora un recital aquí?

-A veces pasa así, que las oportunidades van saliendo sin que tú lo controles demasiado. En el 2011 me fui a Madrid y, como me he formado como solista en los últimos cinco años, en A Coruña nadie me conocía como tal. Por eso también fui el año pasado a hacer un curso con Alberto Zedda, para tener la oportunidad de darme a conocer. No solo quería recibir una formación, sino que la gente me escuchara. Este debut es un poco como volver a casa, pero siendo otra persona también, un cantante distinto. Ya a otro nivel, ya solista, y más formado.

- ¿Ve cantera en Galicia?

-Muchísima. Cada vez que voy fuera me doy cuenta de la gente tan buena que hay aquí, de la gente que ha pasado por este ciclo y que pasará, porque hay muchos jóvenes que estudian fuera. En ese sentido, Amigos de la Ópera ofrece muchas oportunidades para que podamos cantar aquí. Nos permite hacer currículum, conocer y que nos conozcan.

- Decía Saioa Hernández que la ópera da oportunidades a la gente joven, ¿usted lo siente así?

-Realmente? La ópera es un mundo en el que hay mucha competencia. Y por un lado para algunas cosas se busca a gente joven, como en los concursos, pero en general las opciones son limitadas, porque tienes que tener un bagaje para que confíen en ti para los papeles. Es difícil, y por eso es importante que se apoye a los cantantes durante algún tiempo. La voz alcanza su plenitud a los 30 o 40 años, pero para llegar a ese momento tiene que haber mucho trabajo y apoyo detrás.

- ¿Ser contratenor tiene más ventajas o desventajas?

-En cuanto a la competencia es una ventaja, porque somos muy pocos. Pero en la ópera, y especialmente en la española, no hay papeles para nosotros. Los contratenores cantamos ópera barroca sobre todo, y aquí no se hacen apenas. Al final nos tenemos que ir fuera, donde estos repertorios se trabajan más. Empezar en ópera para un contratenor en España es muy complicado.

- ¿Es difícil salir del barroco?

-A mí el barroco me encanta, pero también hago música contemporánea. La canción inglesa o francesa, que ya es música del romanticismo para delante, es algo que me encanta y que los contratenores podemos hacer perfectamente. El barroco está genial, pero creo que un contratenor debe de hacer todo el repertorio que le venga bien.

- ¿A dónde quiere llegar Christian Gil como contratenor?

-Es una pregunta complicada. A mí la música, en comparación con la medicina, me ha ayudado a pensar mucho más en el presente, porque la música es lo que estás haciendo en ese momento. No pienso demasiado en el futuro, pero lo que me gustaría sería poder dedicarme a esto tranquilamente, y poder disfrutar de la música. También me encantaría hacer ópera, es uno de mis objetivos. El Oberón de El sueño de una noche de verano es un personaje que querría interpretar.