Hace cinco siglos, no había bloggers de moda. Las fotografías de Instagram y los vídeos, ahora tan populares, de youtubers mostrando los mejores modelos para cada temporada, no eran ni siquiera un sueño para las élites del XVI, XVII o XVIII, que se preocupaban, sin embargo, tanto o más que ahora por lo que su ropa contaba de ellos. Su posición social, la familia a la que pertenecían, y su capacidad económica para seguir unas tendencias que marcaban los referentes de entonces, los monarcas, dejaban una huella inevitable en los conjuntos que escogían, y que plasmaron en unos retratos que ahora el Museo de Belas Artes propone recorrer a través de visitas guiadas.

"La moda te da mucha información sobre las sociedades de distintas épocas. La idea es explicar su evolución con la colección del museo", explica el miembro del Departamento de Difusión de la entidad, Manuel Mosquera. El método que propone lo integrarán las jornadas A Moda no Museo de Belas Artes, de acceso libre, que ofrecerán todos los sábados a las 18.30 horas, desde el 14 de octubre hasta el 25 de noviembre, un paseo por la moda de las clases altas del sigo XVI al XX.

Las visitas, complementadas con un curso, se estructurarán en tres partes. La época de la que se partirá será el Mundo Antiguo, con pinturas de tema religioso que, a pesar de retratar escenas acontecidas mucho tiempo atrás, reflejan la vestimenta propia del XVI. "Los anacronismos eran habituales en la época", cuenta Mosquera, señalando la presentación de Jesús al pueblo judío retratada por Correa de Vivar. El bloque al que pertenece, y los dos que le siguen, el de la Moda Moderna y la Contemporánea, mostrarán a los asistentes un notable cambio en la cantidad de ostentación que se lucía en las prendas, y que disminuye con el tiempo hasta la estética más sencilla del XX.

Antes de esa época, no obstante, lo estrafalario era lo habitual. Y no solo en las mujeres, como se podría pensar, sino también en los caballeros. Las joyas, los encajes y las pelucas empolvadas fueron una realidad entre los varones del momento, igual que el color negro de las prendas, que se popularizó en la España del siglo XVII, arrastrando tras de sí a figuras como Margarita de Austria, visible en un retrato de Juan Pantoja de la Cruz.

El responsable de impulsar este "vestir a la española" fue Felipe II. Los monarcas eran entonces los que marcaban la etiqueta, hasta que comenzaron a perder poder en favor de las revistas de moda del XIX. "La decisión de un rey sobre la moda implicaba que toda la corte vistiera de esa manera", explica Mosquera, señalando el significado entre la élite de seguir los códigos de vestimenta decretados. Ir a la última demostraba una posición holgada y un poder que los protagonistas de los retratos trataban constantemente de potenciar, añadiendo elementos como los emblemas familiares. El artista escogido para plasmarlo en pintura también importaba. "Influía su calidad y si estaba a la moda. La visita también enseña eso, casi sin darte cuenta: cómo fue cambiando el arte".