La escritora coruñesa Sibila Freijo continúa su serie de literatura erótica con Lo que descubrí de ti, la segunda parte de Lo que no sabía de mí, con la que estará este jueves en la Librería Arenas. A partir de las 20.00 horas, la autora presentará la nueva novela de la trilogía, en la que narra el viaje de autodescubrimiento de Carlota a través del sexo.

- ¿Costó que arrancara el segundo libro?

-Costó porque estaba un poco saturada. Es bastante intenso escribir novela erótica, porque tienes que hacer escenas potentes, y te deja bastante agotada mentalmente. No puede ser una sucesión de polvos, tienes que montarte una historia que esté bien.

- Dice que se siente más cerca de esta novela que de la anterior.

-Sí, porque es más intimista. La primera es el viaje salvaje de una tía que se separa y que sale a vivir todo lo que no ha vivido en su matrimonio. Y en esta, ya ha tenido algunos desengaños, y afronta la vida de una forma más reposada, diciendo que también quiere el amor.

- ¿El sexo tiene ese poder transformador que le confiere en el libro?

-Sí, totalmente. La protagonista se autodescubre a través de él en las dos novelas y se hace una persona más libre, aventurera? Y eso que tiene una vida bastante cotidiana, con sus hijos y su trabajo. La cotidianidad no está reñida con tener una vida extraordinaria. Todos podemos vivir grandes aventuras, y el sexo es una buena manera de vivirlas sin tener que salir de casa [se ríe].

- Este tipo de novelas llevan un tiempo de moda, ¿encontró difícil ser novedosa?

-Cuando empecé con el proyecto leí bastante, y todo me pareció lo mismo. Los mismos clichés y una visión más machista del sexo, porque es el hombre el que enseña todo a la niña que no tiene ni idea. Aquí es ella la que se empuja a vivir esas aventuras, pero sí es complicado traer algo nuevo. Lo que consideraba básico es que las escenas de sexo fueran reales y explícitas y el lenguaje también, porque las otras novelas utilizan eufemismos. No me gustan las novelas eróticas que no llaman a las cosas por su nombre y que no cuentan el sexo como es. Se cuenta demasiado dulcificado, y a veces después de un buen polvo también te sientes solo o mal.

- ¿Sigue habiendo pudor a la hora de leer este tipo de novelas?

-Cada vez menos. Cuando estuve en la feria del libro de A Coruña, me venían hasta señoras de 70 años. ¿Y los tíos? ¡Vamos! Me cuentan las librerías que los hombres son los grandes consumidores de literatura erótica en la sombra. Deben estar hartos ya del porno, se buscan otras cosas no tan obvias.

- ¿Y a la hora de escribirlas?

-A nivel autor, es visto como una literatura facilona. Mi objetivo era decir que una novela erótica también puede estar bien escrita.

- ¿Qué miedos afrontó con esta serie?

-Tienes el temazo del sexo y de cómo se lo tomará la gente. Mi miedo era si me había pasado, porque alguna gente me decía que mi libro era muy porno. Y yo pensaba '¡Mis padres, dios mío!' [se ríe]. Me da bastante vergüenza que lo hayan leído mis padres, mi exmarido? A mis hijos por supuesto no les dejo. El pequeño les dijo a sus compañeros de colegio: 'Mi madre escribe guarradas y le pagan por ello' [risas]. Pero ya lo tiene más que asimilado todo el mundo.

- ¿Cómo vivirá el separarse de Carlota, cuando llegue el momento?

-No me separo de ella, porque como la tengo en el blog? Yo soy un poco Carlota, es un poco mi álter ego. Creé el personaje hace 15 años en el blog, y cuando surgió la idea de hacer las novelas pensé que se lo debía a los lectores y a ella. Es mi otro yo, pero un yo mucho más gamberro y valiente. Dicen que las novelas no deben ser autobiográficas, pero yo creo que hasta cierto punto sí deben, porque las cosas te salen mucho de las tripas cuando sabes de lo que hablas. Eso aporta valor a cualquier cosa que escribas.