Se cumple el cincuenta aniversario del fallecimiento de Gaspar Cassadó, el músico que supo ser catalán y español e incluso componer e interpretar música inequívocamente española. Como es el caso de la suite que figuraba en el programa de este concierto. Entre los catalanes que supieron hacer compatible el legítimo amor a su tierra con su también legítima españolidad, se cuentan, entre otros: Victoria de los Ángeles, Isaac Albéniz, Enrique Granados, el mentado Gaspar Cassadó y Pau Casals. Son los que han alcanzado una dimensión universal. Precisamente, Casals interpretó como nadie las suites para violonchelo solo, de Bach, una de las cuales -la sexta- aparece en el programa que comentamos. El compositor italiano, Luigi Dallapiccola, dedicó a Cassadó la obra que también interpretó Almarza en el concierto del domingo. Y el propio Cassadó tocó la suite de Bach en un violonchelo piccolo (más pequeño que el habitual y provisto de cinco cuerdas en lugar de cuatro), que el mismo violonchelista encargó a un luthier a fin de ser lo más fiel posible al original. El concierto que planteó Juancho Almarza, además de su interesante carácter de homenaje, fue de una dificultad enorme. Eligió la suite más difícil de las seis, una obra del siglo XX, de gran complejidad técnica, y la bella suite de Cassadó que, como virtuoso del instrumento, no escribe precisamente de manera muy fácil para el ejecutante. Almarza fue muy aplaudido por un público que desbordaba la capacidad de la sala del museo.