El primer disco "de verdad" de su carrera. Así habla Diego Piñeiro de La música no caduca, su cuarto trabajo discográfico, con el que inicia una nueva etapa a la cabeza de El Club de Ray Charles. La banda, integrada por artistas como Álvaro Lamas, Irene Martín y el productor del álbum, Xixo Díaz, rinde hoy homenaje a los shows de los 50 con un espectáculo en el teatro Rosalía, donde actuará desde las 20.30 horas.

- Comienza un nuevo proyecto con El Club de Ray Charles, ¿cómo es esta nueva etapa en la que se embarca?

-Yo saqué mi primer disco en solitario en el 2014, y después conocí al productor que tengo ahora. Él es el que decidió poner un nombre de banda. A partir de ahí, hice una campaña de crowdfunding para poder grabar el álbum. El 27 de octubre salió a la venta el disco, y ahora vamos a presentarlo en directo.

- Dice que es un salto cualitativo en su carrera. ¿Qué ha supuesto trabajar con Xixo Díaz?

-A nivel de composición, el productor me ha cambiado mucho la visión de cómo hacer las cosas. Como al principio no lo conocía mucho, no me imaginaba que íbamos a hacer un disco que quedase tan bien, pero fue maravilloso. Es una persona que entiende más de música que yo, por eso conseguimos hacer un disco de verdad.

- ¿No lo era Preparado para malvivir felizmente del rock ?

-Pues realmente no. Este es el cuarto disco que hago, pero es el primero de verdad. Te das cuenta de que los otros tres eran maquetas, tanto por la producción como por la manera de grabar. Era un mundo que no conocía. Antes yo pensaba que grabar era como tocar en directo, pero no tiene nada que ver.

- Con La música no caduca hace un homenaje a los grupos de los 50, ¿por qué esa década?

-Por el sonido y por el rock and roll de esa época. Es el rock de la cuna de Memphis, del que salió todo: el jazz, el blues, el country? Y por eso tenemos un poco de cada cosa. Mantenemos el sonido analógico de antes, pero también uno actual. Eso es lo que conseguimos en este disco, un sonido muy limpio.

- Fue hace ya cuatro años cuando decidió dedicarse solo a la música, pero es este disco el que parece el punto de partida.

-El punto cero fue cuando, hace 4 años, en la empresa en la que estaba hubo un ERE y me fui con algo de dinero, porque me ofrecían otro puesto con peores condiciones. Aproveché para comprarme un equipo con él, y grabé mi primer disco en solitario. Eso fue realmente el punto cero. Luego una cosa te va llevando a la otra, hasta presentarlo en el Rosalía.

- Porque el objetivo era dejar de tocar en bares.

-Sí. Este proyecto está preparado para hacerse en grandes escenarios, ya solo por el despliegue de toda la banda. No se puede poner a ocho músicos en escena en cualquier sitio. El lugar ideal son los teatros y auditorios.

- ¿Cómo afronta el salto del local a un teatro como el Rosalía?

-Es una apuesta y un riesgo, pero lo afronto con muchísima ilusión y ganas, porque es donde quiero estar. A mí me gusta el día y los teatros. Aunque me voy a tocar a bares con mi hermano Iván, no me gustan.

- ¿Le sigue mucho público de sus anteriores proyectos, como Los Frikipaldis?

-No muchos. El 60% es público nuevo, pero la primera edición ya la hemos agotado. Ya vamos por la segunda.

- ¿Qué le depara tras esta noche a El Club de Ray Charles?

-Hay varias propuestas, tenemos alguna contratación a medio cerrar para dentro de unos meses. Las expectativas son buenas porque van a venir programadores y gente que nos puede dar contrataciones y que va a estar ahí. Es un proyecto ambicioso, pensado para llegar a toda España, e incluso Latinoamérica. Allí el rock and roll español gusta mucho. Nunca sabes a dónde puedes llegar.